(CNN) — Es el segundo cáncer más común para los hombres en todo el mundo, pero el cáncer de próstata permanece como un cáncer difícil de diagnosticar, con las pruebas estándar de sangre criticadas por ofrecer una tasa alta de positivos falsos.
Pero en un estudio presentado en mayo este año, los perros entrenados para su detección pudieron identificar el cáncer de próstata con algunos olfateos a una muestra de orina con una asombrosa precisión del 99%, con pocos positivos falsos. Aunque el estudio no es concluyente, se une a un creciente cuerpo de investigación en el que se sugiere que los perros podrían descubrir el cáncer con el olor.
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Sin embargo, hay varios problemas prácticos en utilizar a los perros para detectar cánceres en un ambiente médico (entrenamiento, consistencia e identificar exactamente qué químicos detectan los perros), por lo cual los científicos buscan aprovechar la capacidad potencial de detección del mejor amigo del hombre a través del desarrollo de una “nariz electrónica” que puede dar un diagnóstico.
‘Fácilmente olfateado’
Los investigadores finlandeses utilizan un dispositivo que realiza un análisis molecular de la atmósfera en el “espacio de sobra” encima de las muestras de orina, y lo analiza para encontrar compuestos orgánicos volátiles asociados con el cáncer de próstata. En un estudio publicado a principios de este año, el método tuvo una tasa de detección del 78%, y una especificidad (la probabilidad de que la prueba sea negativa cuando el cáncer está ausente) del 67%.
"Vemos moléculas en las etapas en las que el tumor es muy pequeño”, dijo el investigador principal, el médico Niky Oksala, de la Universidad de Tampere en Finlandia. “También podemos encontrar si es agresivo o benigno para saber qué acción se necesita”.
El equipo de Oksala continúa perfeccionando el método, a través de quitar impurezas para un análisis de pruebas más limpias, pero cree que el principio es confiable y puede aplicarse a muchos otros cánceres.
“Encontramos que hay más de 30 compuestos moleculares en un tumor que son muy olorosos y que fácilmente se olfatean. Eventualmente esto puede utilizarse como una prueba para cualquier cáncer en el mundo occidental”, añadió.
Alrededor del mundo, se aplican enfoque similares para ofrecer diagnósticos sencillos para los mayores asesinos del mundo. En 2011, la Fundación Gates anunció el financiamiento de un prototipo de nariz electrónica que funciona con baterías en India que funciona como una prueba de aliento para la tuberculosis.
La “NaNose” es desarrollada por el Instituto Israelí de Tecnología, que afirma un 90% de precisión en la detección de cáncer de pulmón a partir de una prueba de aliento, y ofrece suficiente información para distinguir entre subtipos de la enfermedad.
Nueva generación
Las narices electrónicas no son un concepto nuevo. Los sensores médicos surgieron por primera vez en la década de 1980, pero no pudieron dar diagnósticos confiables. Pero en esta nueva generación de dispositivos, los expertos creen que el campo ha madurado.
"La idea ha estado presente durante más de 20 años con muchas empresas fabricando narices electrónicas que creían que serían útiles para diagnosticar enfermedades, pero fueron vendidas en exceso y eso destruyó la idea durante algún tiempo”, dice el médico Gary Beauchamp, director del Centro Monell de Sentidos Químicos en Pensilvania, Estados Unidos. “Aunque los dispositivos hoy en día no se acercan a imitar la nariz de un perro, tengo confianza en que ayudarán a reconocer enfermedades con base en los olores corporales”.
El material cancerígeno puede encontrarse lo suficientemente fácil, dice Beauchamp, pero decodificar la cantidad de combinaciones que forman olores sigue siendo difícil. “Los olores son una mezcla de compuestos y eso requiere un reconocimiento de patrones. Un perro reconoce a una persona a través de miles de olores a la vez, así que necesitas un dispositivo que te de la misma información, y ese es el reto para la siguiente generación”.
A corto plazo, Beauchamp cree que el reconocimiento de olor podría utilizarse junto con otras pruebas, particularmente como un medio de detección temprana y no invasiva que podría ser seguido si es necesario. “Podrían volverse parte de una examinación rutinaria al igual que las pruebas de sangre… eso me parece un escenario probable”.
Hay temores de que hacer que los diagnósticos estén demasiado disponibles podría generar que las decisiones serias se tomen fuera de las oficinas de los expertos, y que herramientas no confiables proliferen. Pero técnicas similares ya se establecen fuera de la medicina, para una serie de aplicaciones a partir de pruebas para químicos peligrosos para el control de calidad en la fabricación de alimentos.
Las empresas ya avanzan hacia aplicaciones para la salud del consumidor con la nariz electrónica. El emprendimiento británico Owlstone trabaja en un sistema móvil de pruebas de aliento que le daría a los usuarios un análisis instantáneo de su aliento, ofreciendo detección temprana de condiciones como diabetes, tuberculosis o cánceres. La tecnología de la NASA también es investigada como un sensor móvil para el cáncer de pulmón.
A medida que el análisis molecular se vuelve más barato y más confiable, las aplicaciones rápidamente se expanden.