En verano, debido a las altas temperaturas, son más frecuentes las intoxicaciones alimentarias, que se producen cuando ingerimos alimentos, ya sea comida o bebida, que contienen microorganismos tóxicos (bacterias) como pueden ser la Salmonella, la E. Coli o el Anisakis
Las bacterias potencialmente tóxicas pueden estar presentes en cualquier tipo de alimento: carnes, pescados, lácteos, mariscos, huevos, e incluso en la fruta y la verdura. El motivo es que la contaminación puede producirse desde el origen hasta el momento del consumo en casa o en un restaurante.
«Los microorganismos tóxicos pueden entrar en contacto con frutas y verduras, por ejemplo, en el campo si han sido regadas con aguas contaminadas o bien han entrado en contacto con excrementos de animales.
En el caso de las carnes, la contaminación puede ocurrir en el matadero o sala de despiece por una manipulación inadecuada. También puede suceder en el establecimiento donde se adquieren, por ejemplo, los pescados y mariscos por una mala conservación.
Y ya en casa en o un restaurante si ha roto la cadena del frío o bien se ha producido una incorrecta manipulación», explica el doctor Gonzalo Guerra Flecha, fundador y especialista en digestivo de Centro Médico-Qurúrgico de Enfermedades Digestivas (CMED).
¿Qué síntomas tendremos?
Pues aunque hay una gran variedad de síntomas y su gravedad depende en gran medida de la cantidad de alimento contaminado ingerida, los más comunes suelen presentarse entre 2 y 6 horas después de la ingesta. Los más habituales son: náuseas y vómitos; diarreas (con o sin presencia de sangre en las heces), dolor abdominal, fiebre y debilidad generalizada.
En la mayoría de los casos, las intoxicaciones son leves y los síntomas desaparecen 2 y 3 días después, cuando se ha eliminado por completo los alimentos contaminados. «Sin embargo, una intoxicación alimentaria se puede agravar provocando incluso la muerte de la persona afectada (intoxicación por, Clostridium botulinum o por la ingesta de determinadas setas, como puede ser la Amanita phalloides)», previene el doctor Guerra.