Para ducharse de forma saludable y restauradora no basta con echarse agua y pasarse una esponja con jabón por el cuerpo, hay que aplicar unas sencillas recomendaciones prácticas para conseguir una adecuada protección e hidratación de la piel.
“Ducharse es un ritual diario en el que se pueden reparar piel y pelo, pero también puede surgir el efecto contrario si no sabemos cómo hacerlo correctamente”, explica la dermatóloga Perla Furma. “En el baño podemos hidratar o deshidratar, o podemos limpiar o maltratar… depende de varios factores: desde la duración bajo el agua hasta los productos que se utilicen”.
Por eso es importante saber cómo debería hacerse esta rutina diaria, que por ser una actividad tan común como masticar o respirar no se hace conscientemente.
Uno de los elementos claves de la ‘ducha ideal’ es el reloj, ya que conviene tener en cuenta el momento, la duración y la frecuencia de nuestra exposición al chorro de agua, según el doctor Juan Arenas, asesor médico de Eucerin. “El tiempo recomendable para la ducha diaria debe situarse en unos diez minutos; más allá de eso, la piel sufre una mayor pérdida de protección”, explica el doctor Arenas.
El agua puede deshidratar
El hecho de que el cuerpo se encuentre bajo el agua no significa que se esté hidratando. “Durante los cinco primeros minutos, el agua, por ósmosis, entra en la piel e hidrata las células. Más de eso, va a pasar lo mismo que en la piscina: los dedos se arrugan, se deshidratan”, agrega Furman.
Otros dos factores para tener en cuenta son los productos y la temperatura. Para Arenas, la ducha perfecta debe basarse en una higiene con productos hipoalergénicos y suaves que no sean agresivos, y lo ideal es utilizar oleogeles lipídicos que actúen sobre la piel limpiando y reforzando la barrera protectora cutánea, que se pierde al ducharse.
“Además, lo idóneo es que el agua esté templada y que su temperatura ronde los 28 o 30 grados centígrados”, destaca Arenas, quien recomienda utilizar las manos para aplicarse el oleogel de higiene si nuestra piel es ligeramente sensible, ya que “las esponjas exfolian demasiado este tipo de epidermis”.
En cuanto al secado, los expertos recomiendan no frotar excesivamente la piel, para no eliminar la barrera protectora cutánea.
¿Bañarse de día o en la noche?
Si se usa la ducha solo por higiene, el doctor Juan Arenas, asesor médico de Eucerin, afirma que no hay “un mejor momento que por la mañana, cuando nos lavamos por sentimos ‘sucios’. Pero si se desea una ducha relajante, es mejor tras la jornada laboral y de noche, ya que a esas horas mejora la circulación sanguínea y relaja la musculatura tensa, si se realiza con agua templada o caliente”. La mañana también es un buen momento si lo que se busca es una ducha activadora, “ya que se cambia de actividad y se estimula la sensibilidad cutánea”.
Pensando en esto, el mercado ha desarrollado distintos tipos de duchas “para generar diferentes sensaciones en el baño según la necesidad de las personas”, comenta Catalina González, jefe de negocio de grifería y duchas de Grival (ver recuadros). Sin embargo, hay dos cosas que siempre priman: gran cobertura del cuerpo y que sean ahorradoras de agua. Hoy se gastan 9,5 litros por minuto (antes eran 18 litros).
Chorro cascada, la novedad
La forma como cae el agua ha marcado la novedad en estilos. Del chorro en forma de lluvia (suave y sobre todo el cuerpo) está dando paso al estilo cascada, que recuerda a la naturaleza.
Baño con hidromasaje
La torre de ducha con varios chorros permite vivir una sensación tipo spa o jacuzzi en el baño de la casa. No solo sale el agua de la regadera de arriba sino de todos los lados.
Estilo teléfono, juego de niños
Otro tipo de regadera que está de moda es la estilo teléfono (suelta). Permite a los adultos, por ejemplo, lavarse solo los pies si quieren, bañar a los niños o que estos jueguen con el agua.
Trucos para tener un baño diario perfecto
1. Agua caliente, pero no hirviendo. “Nos pasa mucho a los de clima frío que buscamos relajamiento, pero el agua caliente reseca la piel porque se abre la circulación, se acalora la piel y se aumenta la temperatura y la evaporación. Entonces, aunque no te des cuenta, estás sudando mucho más y te estás deshidratando”, explica Perla Furman, dermatóloga de Dove. Así que es mejor el agua templada, y mejor aún si es fría.
2. Baños muy largo. Después de cinco minutos bajo el agua, comienza la deshidratación.
3. Usar cualquier jabón. Los jabones comunes tiene un Ph muy alcalino y este reseca la piel: la pone áspera, tirante y puede comenzar una dermatitis. La recomendación es usar jabones con pH neutro o barras limpiadoras sustitutas del jabón. En el empaque deberá decir Ph parecido a la piel, neutro o Ph7, y que diga que tiene hidratación extra.
4. Utilizar productos que no son para la piel. El champú, la crema para afeitar y el acondicionador no son recomendables para el cuerpo. El champú, por ejemplo, es fuerte y tiene poder detergente, además de químicos que pueden disparar alergias.
5. Secarnos fuerte. Irrita la piel, saca todas las células superficiales y la grasa natural. La idea es secarnos muy suavemente para tratar de sacarnos la hidratación.
6. Usar geles. Por su espuma, da la sensación de más limpieza, pero puede resecar la piel.
7. Abusar de estropajos y lufas. Estos resecan. “Creo que una exfoliación en el cuerpo una vez al mes es suficiente. Además, esas esponjas acumulan mucho hongo y no es fácil hacer una limpieza adecuada a estos productos”, dijo Furman.