Poco tenidas en cuenta y generalmente descartadas como basura, las semillas de todos los frutos de la familia de las cucurbitáceas (zapallo, calabaza, anquito, sandía, melón) contienen interesantes principios terapéuticos y nutricionales.
Poseen hasta un 50% de ácidos grasos (oleico y linoleico), prótidos ricos enaminoácidos esenciales (leucina y tirocina), oligoelementos (principalmente selenio y cinc) e interesantes principios activos.
Nos referimos a la cucurbitina y la cucurbitacina, de probados efectos a nivel urinario y como vermífugo. Estas sustancias bloquean la división de las células glandulares de la próstata (frenan la hipertrofia) y la desinflaman. También desinflaman la vejiga urinaria. A nivel parásitos, son efectivas contra tenias (ayudan a desprender la cabeza de la lombriz de la mucosa intestinal) y áscaris. Las semillas también son útiles para diabetes (bajan el nivel de azúcar en sangre) y como tónico cerebral.
Para preparar leches con estas semillas, basta introducirlas en la licuadora con poca agua y si es posible con la “placenta” que acompaña a las semillas. Tras licuar unos minutos, se cuela con colador y el bagazo se vuelve a colocar en la licuadora con algo más de agua, realizándose un segundo procesamiento y posterior nuevo colado. Esta leche, como las demás, puede saborizarse a gusto.
Extraído del libro:Nutrición VitalizanteAutor: Néstor Palmetti