APUNTE.COM.DO, DUBÁI — Mientras que naciones que han implementado políticas de reducción de daños con productos de tabaco libres de humo han logrado disminuir el tabaquismo, en países con regulaciones estrictas o incluso prohibitivas, los índices de fumadores se mantienen estables o han disminuido muy poco.
En el marco de la conferencia Technovation, organizada por Philip Morris International (PMI), se reveló que más de 40 millones de fumadores a nivel mundial han comenzado a adoptar alternativas de tabaco libres de humo, consideradas menos nocivas para la salud.
El evento, celebrado en Dubái, reunió a expertos en salud pública, innovación y regulación, quienes destacaron el papel de la tecnología en la reducción de daños asociados al tabaquismo. Se subrayó que cerca del 80% de los más de mil millones de fumadores viven en países en desarrollo, donde el acceso a alternativas de menor exposición a daños podría tener un impacto significativo en la salud pública.
Estudios citados durante la conferencia, incluyendo datos del Ministerio de Salud de Japón, muestran que la introducción de productos libres de humo ha contribuido a una reducción del 50% en las tasas de tabaquismo en ese país. En Suecia, donde estos productos están ampliamente disponibles, la tasa de fumadores ha descendido a solo un 5% de la población. Por el contrario, en países donde estas alternativas están prohibidas o fuertemente reguladas, los índices de tabaquismo apenas han variado.
Según investigaciones respaldadas por organizaciones independientes, los productos libres de humo contienen hasta un 95% menos de sustancias nocivas que el humo de cigarrillo convencional. PMI informó que más del 99% de sus inversiones están dirigidas al desarrollo y comercialización de estas alternativas, que ya representan más del 40% de sus ingresos globales. Su portafolio multi categoría libre de humo incluye dispositivos para calentar tabaco, bolsas orales de nicotina y cigarrillos electrónicos.
Los organizadores del evento hicieron un llamado a gobiernos y entes reguladores para que apoyen políticas que faciliten el acceso a productos menos dañinos, lo que podría acelerar la transición de millones de fumadores hacia opciones más seguras. No obstante, persiste el escepticismo en algunos países respecto a la innovación en la industria tabacalera.




