La somnolencia puede ser tan peligrosa como el insomnio. Un estudio asegura que dormir más de ocho horas y menos de seis, así como la falta de hábitos de estimulación cognitiva como la lectura, incrementa el riesgo de deterioro cognitivo en las personas mayores de 65 años.
El trabajo ha sido realizado por investigadores del Grado de Farmacia de la Universida CEU Cardenal Herrera y farmacéuticos comunitarios de la Comunidad Valenciana entre 245 personas mayores de 65 años. La investigación, titulada «Estilos de vida asociados a deterioro cognitivo. Estudio preliminar desde la farmacia comunitaria», ha sido publicada recientemente en la Revista de Investigación Clínica.
En el estudio también se ha detectado que la falta de hábito de lectura incrementa el riesgo cognitivo 3,7 veces y leer solo de forma esporádica lo incrementa 2,5 veces.
El deterioro cognitivo, frecuentemente relacionado con la edad, es la manifestación clínica más asociada a las demencias. La prevalencia mundial de la demencia es de 35,6 millones y, dado el progresivo envejecimiento de la población, se prevé alcanzar los 100 millones de casos en 2050, según el World Alzheimer Report.
En el estudio se han detectado síntomas de deterioro cognitivo en un 12 por ciento de los casos estudiados, pacientes que han participado de forma voluntaria y cuyo seguimiento se ha realizado desde distintas farmacias comunitarias valencianas, tanto de zonas rurales como urbanas. Para ello se ha utilizado un test de cribado realizado por los farmacéuticos comunitarios, que mantienen un contacto directo con estos pacientes, muchos de ellos con medicación crónica.
Según señalan los autores del estudio, además de los factores genéticos, el deterioro cognitivo está también vinculado a factores de riesgo como la edad, y a otros relacionados con el estilo de vida, como la práctica de ejercicio físico, las horas de sueño o la estimulación intelectual.
En el caso de la edad, el estudio de la CEU-UCH ha detectado que la prevalencia del deterioro cognitivo registrada aumenta un 9% por cada año de vida, lo que supone que cada diez años se duplica el riesgo de padecer este tipo de deterioro.
En el caso de la estimulación intelectual a través del hábito de la lectura, el estudio determina que no leer incrementa el riesgo de deterioro cognitivo 3,7 veces y hacerlo de forma esporádica lo incrementa 2,5 veces.
Con respecto a las horas de sueño, los investigadores han detectado que dormir menos de 6 horas o más de 8 incrementa el riesgo de deterioro cognitivo 2,6 veces. «Tanto el insomnio crónico como la somnolencia durante el día son, por tanto, factores de riesgo asociados al deterioro cognitivo y la demencia», afirman.
El equipo investigador ha iniciado una segunda fase del trabajo, para el diseño de un programa de intervención sanitaria encaminado a mejorar la función cognitiva y los estilos de vida relacionados con el deterioro cognitivo en estos pacientes.