Internacional.– La pandemia de coronavirus ha puesto en evidencia la vulnerabilidad de personas con diabetes, que, a menudo, carecen de acceso a planes de prevención y tratamiento, lo que provoca a diario en todo el mundo “miles de muertes evitables”, según expone un estudio publicado hoy por The Lancet.
Una comisión internacional de 44 expertos formada por The Lancet ha desarrollado durante cuatro años una “estrategia integrada”, presentada con motivo del Día Mundial de la Diabetes (14 de noviembre).
Su objetivo es mejorar el funcionamiento de centros sanitarios y la “capacitación del personal no médico”, de cara a crear “equipos de diabetes” capaces de “recopilar continuamente” los datos sobre los que se diseñarán “prácticas y estrategias”.
“Con demasiada frecuencia, las intervenciones basadas en evidencias no están disponibles, lo que da lugar a miles de muertes evitables diariamente en todo el mundo”, advierten en un comunicado los expertos, que piden “medidas urgentes” para frenar “la epidemia global de diabetes”.
Las cifras oficiales indican que 463 millones de personas sufren esta enfermedad, que afecta más a los países de ingresos bajos y medios (LMICs, sus siglas en inglés), en los que se concentra el 80 % del total, mientras que el número de muertes en todo el mundo alcanzó los 4,2 millones en 2019.
La diabetes también reduce la expectativa de vida en adultos de mediana edad en entre cuatro y diez años y, al mismo tiempo, aumenta el riesgo de fallecimiento por enfermedades cardiovasculares, renales y por cáncer.
Asimismo, el virus que provoca la covid-19 multiplica por dos, al menos, el riesgo de muerte o de sufrir “enfermedades graves” en pacientes con diabetes o en aquellos que presentan “complicaciones derivadas de la diabetes”.
No obstante, advierten, ese riesgo aumenta en contextos sociales desfavorecidos, donde la falta de acceso a servicios médicos también dispara las tasas de comorbilidades, a pesar de que existen hoy en día “tratamientos efectivos y estrategias de prevención”.
Con este trabajo ha constatado que la “reducción constante de peso” de hasta 15 kilogramos o más en pacientes con obesidad puede provocar la remisión de diabetes tipo 2 durante dos años.
Otra clave para prevenir entre el 20 y el 40 % de los episodios cardiovasculares y renales en personas con diabetes o riesgo de padecerlo radica en la reducción de “múltiples factores de riesgo”, a través, por ejemplo, del uso de estatinas e inhibidores de RAS, los oncogenes más frecuentes y los que inician muchos de los tumores más letales.
Además, prosiguen, las muertes provocadas por factores cardiovasculares, o “por cualquier otra causa”, en pacientes con diabetes tipo 2 se pueden reducir en entre un 20 y un 60 % cuando existen equipos de cuidados integrados que, a partir de los datos disponibles, son capaces de reorganizar la atención médica.
Por último, recomiendan poner el foco en “intervenciones sobre el estilo de vida” y en el uso de la metformina, uno de los fármacos más utilizados en el tratamiento de diabetes II, a fin de prevenir o retrasar su aparición en entre un 30 y 50 % en personas con intolerancia a la glucosa.
En paralelo, la citada comisión estimó con un nuevo modelo de predicción el grado de impacto que tendrían esas y otras medidas en los LMICs con mayor incidencia de diabetes (China, India, Brasil, México, Indonesia, Egipto, Pakistán, Bangladesh, Turquía y Tailandia), donde se concentran el 50 % de todos los casos en el mundo.
Predijeron que hasta 3,2 millones de pacientes en esos países morirán en tres años si no reciben tratamiento, mientras que, de ese total, en torno a 1,3 millones fallecerán por causa de enfermedades cardiovasculares.
Sin embargo, esos países podrían evitar hasta 800.000 muertes prematuras en tres años a través de la reducción del HbA1c (medida del control de la glucosa en sangre a largo plazo), de la presión arterial y del colesterol, así como garantizando el acceso a “medicinas esenciales”, como las estatinas -que son baratas-, en, al menos, el 70 % de afectados.
En países con altos ingresos, agregan, los pacientes jóvenes con diabetes I suelen recibir, en general, “asistencia de calidad”, mientras que en los LMICs reciben “cuidados mínimos”.
A nivel global, concluyen, 1,61 millones de personas padecen diabetes I y, en 2017, hasta 14.466 pacientes menores de 25 años fallecieron en 2017 por esta causa.
“La gran mayoría de estas muertes son evitables y la atención integral para la diabetes I podría salvar más de 12.092 vidas cada año en ese grupo de edad”.