La cefalea es uno de los síntomas más frecuentes. Esto hace que sea uno de los principales motivos de consulta, tanto en Atención Primaria como en las consultas de neurología.
De todos los tipos de cefaleas, tanto primarias como secundarias, el 90 % de los pacientes que presentan este síntoma padecen migraña o cefalea tensional y el 5 % cefalea crónica por abuso de analgésicos, viniendo esto derivado de una cefalea mal tratada.
El restante de los casos englobaría al resto de tipos de cefaleas.
Dolor de cabeza o cefalea
Por cefalea se entiende toda sensación dolorosa en una zona que va desde la región frontal del cráneo hasta la occipital, aunque en ocasiones se aplica de igual modo a dolores de localización cervical y facial.
Este dolor de cabeza representa una de las formas más comunes de dolor en el ser humano y constituye uno de los trastornos más comunes del sistema nervioso.
Por su naturaleza invalidante, logra una limitación funcional motora o psicológica y produce un impacto negativo en la calidad de vida de quien la padece.
Epidemiologia y frecuencia
Más de la mitad de los adultos de entre 18 y 65 años han sufrido una cefalea en el último año. A pesar de las variaciones regionales, las cefaleas son un problema de ámbito mundial que afecta a personas de todas las edades, razas y zonas geográficas.
Los factores desencadenantes de las cefaleas son diversos. Aunque cada tipo de cefalea puede tener sus propios desencadenantes, comparten unas causas comunes:
Problemas para conciliar o mantener el sueño
Consumo de medicamentos
Cambios hormonales
Obesidad
Sobreesfuerzo mental por bajo nivel educativo en la etapa escolar
Consumo de alcohol
Consumo de ciertos alimentos o aditivos
Estrés
Antecedentes familiares
En el caso de la migraña y la cefalea tensional, las cuales ocupan el 90 % de los casos, la anamnesis y la exploración física permiten al médico establecer un diagnóstico y tratamiento correcto.
En estos casos, podemos dividir el enfoque terapéutico en tres apartados:
Información al paciente: se ha de explicar al paciente todo sobre las características de su dolencia, sobre su naturaleza, y carácter recurrente de la misma, y el plan de tratamiento a seguir.
Tratamiento sintomático: por medio de la farmacología se intentará eliminar o recudir los síntomas generados por la cefalea. La elección, dosis y vía de administración del fármaco dependerá de las características de la crisis (intensidad y síntomas asociados), de la frecuencia de las mismas y de las preferencias del paciente. Este tipo de tratamientos siempre han de ser prescritos por un profesional de la medicina, y se ha de evitar la automedicación, y tratamientos que no se han empíricamente eficaces.
Tratamiento preventivo: se establece cuando los ataques de migraña ocurren más de tres veces al mes, duran demasiado tiempo o no responden a la medicación. Esto no produce la desaparición total del síntoma, pero sí que ayuda a reducir la frecuencia, duración e intensidad de las crisis. Pueden utilizarse fármacos antihipertensivos, antidepresivos y antiepilépticos; dependiendo de las circunstancias del caso clínico.
La complicación de las cefaleas no radica solo en el dolor que producen, sino también en la incapacidad y deterioro de la calidad de vida de la persona que las sufre.
Por ello, un diagnóstico precoz puede ayudar a la persona a asimilar la enfermedad y a beneficiarse cuanto antes del tratamiento.