Nunca rellene tu botella plástica de agua. Aquí la respuesta:

¿Eres de los que la reutiliza una y otra vez en la oficina, gimnasio o en casa? Quizá a partir de ahora te lo piensas dos veces o prefieras seguir estos consejos

Desde hace años nos están educando en la cultura del reciclaje y la reutilización y para muchos de nosotros rellenar de agua nuestra botella de plástico se ha convertido en una costumbre muy arraigada que además nos hace sentir bien con nosotros mismos. Después de todo, es un plástico menos que lanzamos a la basura y contribuimos a la salvación del planeta.

El agua es necesaria para nuestro cuerpo, por lo que tomándola estamos cuidando de nosotros mismos. Pero hay una mala noticia: es muy posible que debas dejar de rellenarla pronto, ya que podría tener unas consecuencias muy graves para nuestra salud y resultar bastante asqueroso.

De acuerdo con un artículo publicado en ‘Cosmo’, beber un trago de esta botella que has estado usando toda la semana sin lavar podría ser el equivalente a lamer la taza del inodoro.

Las botellas plásticas están pensadas para un solo uso. Allí pueden alojarse microorganismos que provienen de nuestra boca, manos o los sitios donde las apoyamos; eso podría significar un riesgo para nuestra salud, aumentando la posibilidad de contraer enfermedades.

Fuga de químicos

Uno de los mitos más extendidos es el de que las botellas de plástico pueden liberar en el agua componentes tóxicos para la salud. No es cierto, no hay problemas generales de seguridad en este sentido. Sin embargo, está comprobado científicamente que los recipientes de plástico rígido a base de policarbonato que contienen BPA o Bisfenol A, pueden liberarlo sobre el contenido. La rotura más mínima del plástico puede hacer que se liberen en el agua sustancias químicas dañinas para la salud.

También está demostrado que si el plástico se somete a temperaturas muy altas se multiplica la liberación de este aditivo.

Los resultados mostraron que una de las botellas que había reutilizado tenía más de 900.000 unidades de bacterias por centímetro cuadrado, es decir, más de las que tiene la tapa de un inodoro estándar.

Como si fuera poco, los investigadores descubrieron que el 60% de los gérmenes hallados eran capaces de enfermar a cualquier persona. Un descubrimiento que justificaría algunas de las enfermedades bacterianas que contraemos durante el año de forma completamente aleatoria.

Además del hecho de ser antihigiénicas, la publicación hace referencia a otro estudio que revela que hay un montón de productos químicos perjudiciales para la salud en el plástico que son liberados cuando este se rompe o se desgasta por el uso frecuente.

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