Aunque podamos comerlos durante todo el año, queda oficialmente inaugurada la temporada de helados, paletas y todo tipo de postres y dulces refrescantes. Si quieres recordar sabores de infancia te invitamos a elaborar estos polos de leche condensada y limón.
El dulce de la leche condensada, que aporta una cremosidad extra al polo, con el toque ligeramente ácido del limón, hace de estos unos polos muy ricos, pero refrescantes al mismo tiempo. Como son muy cremosos y no tienen nada de hielo, puedes darlos perfectamente a los más pequeños.
(Para 10 unidades)
• 400 ml de Leche entera
• 300 gr de Leche condensada
• 70 gr de Zumo de limón
Preparación:
En una jarra echamos en este orden la leche entera, la leche condensada y el zumo de limón. Removemos bien con unas varillas hasta que tengamos una crema homogénea y la leche condensada se haya disuelto completamente.
Vertemos con cuidado, o ayudándonos de un embudo, la mezcla en los moldes de polo y congelamos como mínimo durante cuatro horas, o mejor toda la noche. Para desmoldar los polos podemos pasar el molde por debajo del chorro del agua del grifo durante unos segundos.
Los polos de leche condensada y limón no necesitan nada más que los tomen bien fresquitos, recién sacados del congelador. Son muy cremosos así que no tengas miedo de que resulten excesivamente fríos. Tampoco crean cristales de hielo al congelarse, o sea que son ¡perfectos!
Fuente: Directo al Paladar