¿Dilatar en el agua? Menos dolor en el parto

  • por EFE jueves 23 mayo 2019

Redacción Internacional.- El momento del parto es una de las experiencias más importantes vividas por la mujer. En las últimas décadas, y desde muchos centros hospitalarios españoles, se está trabajando por un mayor respeto y consenso con la madre sobre la fisiología del parto, encaminada a promover la participación de las mujeres en la toma de decisiones informadas, y con una mínima intervención obstétrica.

El jefe de equipo del servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Quirónsalud Valencia, el doctor Fernando López Baeza, destaca que el objetivo de estos nuevos procedimientos es “naturalizar y humanizar el alumbramiento”, así como la atención neonatal precoz, respetando al máximo, dentro de lo posible, los deseos de la mujer.

“Se intenta facilitar el protagonismo de la madre, respetando al máximo sus preferencias en cuanto a la organización y asistencia de los medios sanitarios en este momento tan especial e irrepetible, y con la máxima participación de la pareja, preservando al máximo su intimidad, y evitando cualquier intervencionismo innecesario”, recalca.

Así, cada vez más todas las actuaciones de las unidades de partos de gran parte de los hospitales españoles se están dirigiendo a la disminución de la tasa de cesáreas innecesarias, atendiendo en lo posible las preferencias de la mujer sobre su parto, guiándose por el plan de parto elaborado por la propia mujer, alcanzando el objetivo de humanizar y normalizar el parto, y que dicho proceso sea y se sienta como un momento único.

Por ello, previo al momento de dar a luz, los profesionales tienden cada vez más a consensuar con la futura mamá la manera con la que se realizará,  salvo que no haya contraindicación médica, resalta López Baeza.

De esta manera, se garantizan cada vez más los partos personalizados que respetan en todo momento los deseos de la madre, siempre y cuando no se vea comprometida la seguridad del bebé, según explican desde la Federación Española de Matronas.

“En este sentido, el tratamiento del dolor y la búsqueda de medidas alternativas a la analgesia epidural para aumentar la autonomía de la mujer en el parto es uno de los objetivos que se pretenden conseguir”, tal y como aclaran.

Entre otras medidas, el uso del agua, o ‘hidroterapia’, como medida alternativa está actualmente muy expandido y son ya muchos los hospitales maternales que han optado por instalar una bañera de partos en sus salas de partos.

“Parece demostrada su eficacia y seguridad durante el proceso de dilatación, aunque no durante la fase de expulsivo, respecto a la cual existe una gran controversia entre los colectivos profesionales sobre su seguridad para el neonato”, indican las matronas.

Una práctica cada vez más extendida 
Aurora Medina, matrona de la unidad de partos del Hospital Quirónsalud de Valencia, centro que facilita la hidroterapia en la fase de dilatación en los partos, destaca en este sentido que, según el documento de consenso de la Sociedad Española de Neonatología y de la Sección de Medicina Perinatal de la Sociedad Española de Obstetricia y Ginecología, la atención del trabajo de parto en el agua es ya una alternativa al parto tradicional, y una práctica que se ha incrementado en muchos países.

“Se ha constatado que esta modalidad de dilatación en el agua es un método eficaz para disminuir el dolor, disminuyendo por tanto la necesidad de analgesia (epidural, espinal…según refleja la Cochrane Cluett and Burns 2009) y acortar el tiempo de dilatación (siendo este inferior con la inmersión en el agua).

El equipo obstétrico y neonatal del Hospital Quirónsalud no aconseja el uso de la hidroterapia en el expulsivo, puesto que, aunque existen pocos casos, si que hay riesgos clínicos significativos para el bebé (problemas respiratorios, ruptura del cordón umbilical con la consecuente hemorragia e infecciones según los datos recogidos de Royal College of Obstetricians and Gynecologist RCOG/Royal College of Midwives RCM 2006)

Asimismo, apunta que la American Academy of Pediatrics (AAP) y The American College of Obstetricians and Gynecologists (ACOG) han publicado un informe clínico en el cual señalan los potenciales beneficios maternos durante la primera parte del parto en el agua, pero insiste en que ponen en entredicho la realización de esta técnica durante el nacimiento del recién nacido.

Con los datos actuales, Medina resalta en que en gestaciones no complicadas y a término, el desarrollo de la primera etapa del parto en el agua es una técnica que disminuye las necesidades de analgesia farmacológica, así como la duración del trabajo de parto, aunque no mejora los resultados perinatales.

“La dilatación en el agua es igual de segura que cualquier otro procedimiento, y permite el uso de agua caliente para reducir los dolores de la dilatación, y luego dar a luz en la cama, en la silla de partos, en bipedestación… o en cualquier otra posición que la mujer decida”, explica la matrona.

Pero por el momento, la seguridad y la eficacia de la atención en el agua durante el expulsivo no está establecida, ni para las madres ni para los recién nacidos.

“El desarrollo de la segunda fase del parto con expulsivo bajo el agua sólo ha demostrado un mayor grado de satisfacción materna, sin otros beneficios para la madre o el recién nacido,” avisa.

De hecho, sostiene que en el informe clínico de la AAP y ACOG, se afirma que la práctica de atención en el agua durante la segunda etapa del parto debe ser considerada un procedimiento experimental, y que sólo debería ser llevada a cabo en el contexto de ensayos clínicos controlados, y por tanto diseñados de forma apropiada.

“El respeto a la autonomía y libertad de elección por parte de la madre tiene como límite la seguridad del recién nacido”, subraya la matrona del Hospital Quirónsalud Valencia.

Finalmente, desde la Federación de Matronas de España sostienen que en el uso de la hidroterapia durante el parto no se han detectado efectos perjudiciales sobre los parámetros obstétricos maternos estudiados, sino que disminuye la percepción del dolor y el uso de analgesia, se realizan menos episiotomías, y aumenta la satisfacción del parto.

“Las repercusiones neonatales en cuanto a morbilidad por realizar un parto en agua es el aspecto más controvertido, en especial las complicaciones por aspiración de agua o de rotura de cordón”, concluyen.

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