La búsqueda de compuestos naturales que tengan propiedades antioxidantes es cada vez más común.
Principalmente porque ayudan a prevenir ciertos procesos biológicos muy importantes, entre otros el envejecimiento celular y evitar enfermedades crónicas. Según un artículo reciente, hay un alimento muy poco aprovechado en muchas culturas que tiene propiedades de este tipo: las flores comestibles.
En la cocina asiática, especialmente en la china, se emplean flores comestibles desde tiempos inmemoriales. En ocasiones simplemente como adorno, pero en otras muchas como especias y para dar ciertos toques de aroma y sabor a la comida. En cambio, en la cocina occidental se emplean mucho menos.
¿Qué tienen de bueno estas flores, a parte de dar sabor? Son una fuente natural decompuestos fenólicos, un tipo de molécula orgánica compleja que ayuda a evitar enfermedades crónicas, y que tiene propiedades antioxidantes.
En un principio incluso se consideró que los fenoles eran esenciales para el organismo. Durante un tiempo se los denominó vitamina P – por el término en inglés, phenols. Pero se terminó comprobando que, aunque son muy interesantes y proporcionan muchos beneficios, no resultan imprescindibles, a diferencia de lo que ocurre con el resto de las vitaminas.
Porque, entre otras cosas, la mayoría de los animales no podemos aprovecharnos directamente de estos fenoles y sus características. Cuando consumimos algún alimento que los contiene, son las bacterias de nuestra “flora intestinal” – microbiota es un término más apropiado – quienes las procesan y dan lugar a antioxidantes.
Hay que decir que no resulta sorprendente que las flores contengan estas moléculas. De hecho, la única fuente natural – es decir, biológica – de fenoles son los vegetales. Un ejemplo que muchos podemos conocer es el “aroma a vainilla”, la vainillina, que también es un fenol. Lo que sí es llamativa es la cantidad de estas sustancias que aparecen en estas estructuras de las plantas.
Por lo tanto, pensar en incluir flores comestibles en nuestra dieta no parece mala idea. Sin embargo, aún quedan por realizar muchos estudios para poder afirmar con rotundidad que las supuestas propiedades anti-inflamatorias, antitumorales y anti-envejecimiento de las flores están demostradas.
Fuente: Yahoo España