La curcuma es beneficiosa para los problemas hepáticos, biliares y para las indigestiones. Es un tónico estomacal.
Eso no lo es todo es muy recomendable para aliviar el dolor ya que tiene un buen poder antiinflamatorio.
Así que las personas con artritis encuentran en la curuma un buen aliado, ya que calma el dolor y favorece la eliminación de toxinas. Gracias a su componente principal, la curuma tiene poderes antioxidantes y es beneficioso para el Alzheimer.
Favorece el buen funcionamiento del hígado, así como lo lees, ya que lo protege de toxinas, disminuye el colesterol, ayuda a que la bilis sea más fluida y puede colaborar, en algunos casos, en la lucha contra la hepatitis.
Ahora bien, la cúrcuma no actúa solo desde dentro del organismo. También es capaz de hacerlo a través de la piel. Por ello se indica para la curación de úlceras y heridas, y como agente rejuvenecedor.
Sus grandes beneficios
Ayuda a combatir el cáncer
Alivia la artrosis
Reduce la inflamación de los órganos inflamados
Es digestiva y quemagrasas
Protege el cerebro
Mejora la salud de los ojos y de la piel
No cabe duda de que sobran los motivos para utilizar habitualmente la curuma. ¡Y su excelente sabor y color también son razones de peso!
La preparación es muy fácil
Poner 2 tazas de agua a hervir.
Añadir una cucharadita de curuma molida y reducir a fuego lento durante 10 minutos.
Colar el té, agregar miel y/o limón al gusto. ¡Servimos y listo!