El pecho es la parte del cuerpo femenino que más tiende a la flacidez y el descolgamiento, y es por ello que se convierte en una de las mayores preocupaciones para las mujeres y uno de los motivos de consulta más frecuente en los centros de cirugía estética. La caída de los senos, por lo general, comienza a afectar a mujeres entre 30 y 35 años.
El paso de los años y los cambios hormonales son las principales causas de su caída, además del embarazo y la lactancia materna. La fuerza de la gravedad y el peso de los pechos también provocan su flacidez, ya que el pecho femenino posee escasa sujeción natural al estar compuesto por un 90 por ciento de grasa.
El tejido de las mamas es adiposo y un gran productor de colágeno, sustancia que funciona como un adhesivo en el organismo, manteniendo unidos huesos, tejidos, ligamentos y piel, evitando así la flacidez. La falta de hidratación y el paso de los años hacen que se produzca menor cantidad de colágeno y, por tanto, se reduzca la firmeza de las mamas.
Aquellas mujeres que quieran evitar o reducir problemas de flacidez pueden seguir estos consejos, y así conseguir un pecho firme y erguido:
Realizar ejercicios diarios para fortalecer los músculos del pecho como por ejemplo: tumbarse en el suelo boca arriba con las rodillas flexionadas, sujetar las pesas y abrir y cerrar los brazos sin tocar el suelo con los codos.
Mantener una buena postura: la espalda y los hombros rectos harán que además de demostrar elegancia, el cuerpo esté firme.
Masajear los pechos con agua fría, dado que es considerada un cosmético natural al activar la circulación del organismo. Es recomendable dar un ligero masaje en círculos sobre el pecho para potenciar su elasticidad.
Mantener la espalda acostada en el asiento mientras se da de mamar y colocar la cabeza del niño sobre un cojín; ralentizará la aparición de la flacidez.
Utilizar cremas voluminizadoras que realcen y den volumen, además de hidratar la zona y prevenir la aparición de arrugas.
Masajear estimulando la zona, ya que favorece la elasticidad, consiguiendo así tersura y firmeza en los senos.
Sujetar las 24 horas del día los senos, incluso a la hora de dormir y de hacer deporte.
Cuando la flacidez ya ha aparecido, la cirugía y la medicina estética ofrecen diversas soluciones. Estas son las más populares:
Mastopexia: se trata de intervención tradicional de elevación de mamas. Consiste en la implantación de prótesis, una solución temporal “que no presenta complicaciones”, según explica Doménico Ventura, cirujano estético de Clínicas Dorsia.
Infiltraciones de bótox, ácido hialurónico o grasa excedente de otra parte del cuerpo: son métodos menos invasivos que la cirugía estética convencional ya que no necesitan realizarse en un quirófano y el tratamiento que requieren es ambulatorio.
Cremas voluminizadoras: realzan y otorgan volumen, además de hidratar la zona y prevenir la aparición de arrugas.
Radiofrecuencia: las sesiones de radiofrecuencia masajean y estimulan la zona, favoreciendo la elasticidad y consiguiendo así tersura y firmeza en los senos.
Implantación de un sujetador interno: consiste en una intervención quirúrgica para la implantación de una pieza que eleva el pecho desde el interior por medio de dos anclajes que se sujetan a las costillas por encima del pecho.