Cuando hablamos de colágeno nos referimos a una proteína que tiene la función de unir, dar firmeza, estructura y elasticidad a nuestra piel.
Es la proteína que más abunda entre los vertebrados, tanto que, una de cada cuatro proteínas es colágeno.
El colágeno es el pegamento que une a los músculos, los tendones, los huesos, la piel, los ligamentos y cartílagos.
A partir del colágeno se fabrican las fibras que dan forma a nuestro cuerpo y tiene también que ver con su hidratación.
Es una proteína de mucha importancia para nuestro crecimiento y nos ayuda cuando llegan esos achaques producto de la edad y el envejecimiento natural. Para abastecernos de colágeno tenemos que buscarlo en el reino animal.
Aunque nuestro cuerpo lo produce naturalmente no está presente ni en las frutas ni las verduras. Si queremos obtener buen colágeno, lo podemos conseguir en:
Las patas del cerdo
El morro de las vacas
Cascos y callos variados
Caldos de pescado y res
Gelatinas sin sabor
Algo característico de esta proteína es que debe estar hidrolizada para poder absorberla. Es decir, debe estar descompuesta por la acción del agua, y son precisamente esos alimentos grasosos los que la contienen.
Los cascos variados son alimentos muy hidrolizados por su alto contenido en gelatina y grasas, lo que los hace apetecibles para obtener colágeno.
Aunque las patas de cerdo y morros de vaca no son fácilmente digeribles, podemos optar por los caldos de hueso, bien sean de pescado o carnes.
El colágeno no es necesario consumirlo a diario, porque nuestro cuerpo lo fabrica, siempre y cuando la persona lleve una dieta equilibrada y sana.
La edad va haciendo mella en las articulaciones y cartílagos, dejando secuelas que se manifiestan en enfermedades dolorosas y muchas veces incapacitantes.
Articagos ayuda en el tratamiento de las dolencias propias de las articulaciones, cartílagos y tendones.
Beneficios y restricciones del colágeno
El colágeno tiene la honorable función de darle a nuestra piel la apariencia y tersura que se merece, haciéndola más suave y más brillante. Una de los grandes beneficios de esta proteína es retrasar el deterioro de la piel debido a la edad.
Consumir colágeno de origen animal nos garantiza una más rápida cicatrización de las heridas que se produzcan en nuestra piel.
Aparte, el colágeno le permite al cuerpo una más rápida recuperación luego de realizar ejercicio físico.
Cuando los tejidos del cuerpo han estado sometidos a sobrecarga por la práctica de algún deporte, es aconsejable ingerir colágeno junto con otras proteínas. Esto posibilitará el funcionamiento óptimo de esos tejidos fatigados por la práctica deportiva.
El colágeno es una proteína casi milagrosa, porque reduce enormemente los estragos de dolencias de los huesos, como osteoporosis, artritis o artrosis.
Los alimentos que contienen colágeno le dan más resistencia a los huesos, y hacer crecer el cabello y las uñas.
Dan fuerza a las propiedades de Articagos, sustancias como vitamina C, sulfato de glucosamina y garra del diablo, que tienen en común la capacidad de aliviar dolores provocados por la artritis.
Para rematar, el colágeno tiene propiedades antioxidantes y antihipertensivas; así que, en resumen, el colágeno es importantísimo para la piel, los huesos y las articulaciones.
Ahora, no todo es tan bueno; la alta concentración de azúcar en sangre produce glicación. Esto es la mala combinación de proteínas y azúcar que dañan el colágeno, deteriorando rápidamente la piel y envejeciéndola.
Por otra parte, los niveles de angustia, ansiedad y estrés afectan la producción de colágeno en el cuerpo.
Asimismo, sabemos que una alta exposición a los rayos ultravioleta (UV) daña de forma severa a nuestra piel. Por lo tanto, es caldo de cultivo para la aparición de cáncer de piel y la reducción de la elastina y el colágeno de la misma.
Cuando hay un alto consumo de alcohol tabaco, se combinan químicamente de manera perjudicial, degradando a los vasos sanguíneos y la elastina; por ende, al colágeno. Es importante saber que las personas que sufren de herpes no pueden ingerir colágeno, porque se producen reacciones desfavorables.
Estos son los alimentos que te proveen de colágeno
La clave para una buena dosis de colágeno está en una alimentación balanceada, que nos garantizará mantener un ritmo activo y una piel brillante.
Botella de agua mineral
El agua: Este elemento esencial para la vida en todos los órdenes, garantiza la hidratación y que el líquido sinovial, que es el que lubrica los cartílagos, se sintetice correctamente.
Cebollas y hortalizas: Junto con el ajo, promueven la fabricación de colágeno por su alto contenido en azufre. Aparte, el azufre favorece la circulación de la sangre y a que el colágeno se forme bien en los cartílagos, tendones y huesos.
Pueden entrar en esta lista la col y los espárragos. En cuanto a los pimientos y el tomate, contienen licopeno, que ayuda a la secreción de colágeno.
Pescados azules: Dos días a la semana puedes incluir pescado de este tipo en tu dieta; pueden ser sardinas, atún, caballa o salmón en filetes. Su alto contenido de ácidos grasos omega-3 lo hace un excelente antioxidante y antiinflamatorio.
Carne: Esta es una rica fuente de proteínas, y produce gran cantidad de aminoácidos que le confieren fuerza al cartílago.
Comer dos o tres raciones de carne a la semana es lo que se recomienda. Prefiere la carne de pavo, pollo o conejo a la carne roja, por sus grasas saturadas.
Verduras: Casi todas ellas contienen colágeno, como por ejemplo el col, el repollo, las espinacas, berenjenas y coliflor.
Frutos rojos: También contienen licopeno, que ayuda a la secreción de colágeno. Entre éstos tienes la remolacha, los pimientos, el tomate y las fresas.
En particular las fresas son ricas en antioxidantes; te sugerimos como merienda, una taza de fresas troceadas ligadas con un poco de queso fresco.
Frutos secos: Entre éstos encontrarás avellanas, pistachos, nueces, castañas y semillas de calabaza. Tienen omega-3, omega-6 y omega-9, ideales para producir colágeno y se pueden comer frecuentemente.
Gelatina: Es derivada del colágeno en un 90%; su contenido de glicina y prolina favorecen los ligamentos y cartílagos, siendo muy recomendada para personas con osteoporosis y artrosis. Mejor si es la presentación sin sabor.
¿Basta con alimentarse bien?
En líneas generales, cuando observamos una buena alimentación, rica en nutrientes, nos ejercitamos físicamente, estimulamos al cuerpo a fabricar colágeno. Esto incluye no consumir alcohol, ni azúcares procesados, ni fumar.
Logrando toda esta ecuación podemos estar seguros que vamos por buen camino. Caso contrario, no hay que alarmarse, todo requiere tiempo y dedicación.
Ante la falta de nutrientes siempre podemos contar con suplementos de buena calidad que nos ayudarán a suplir las carencias.
Hay varios factores, diferentes del avance de la edad, que hacen que baje la calidad del colágeno que produce nuestro cuerpo:
Estrés: Este factor hace que nuestro organismo se degenere, produciendo la resequedad de la piel, cabello y uñas.
Rayos UV: Cuando no nos protegemos del impacto de la luz solar la piel pierde el colágeno por degradación, acelerando la aparición de arrugas.
Sedentarismo: Porque retrasa los procesos fisiológicos, entre ellos, la producción de colágeno.
Mucha actividad: En el otro extremo, las personas muy activas físicamente, queman más rápidamente sus reservas de colágeno.
Adultos mayores: Debido a la edad, su producción de colágeno es mínima, predisponiéndolos a sufrir de osteoporosis.
Calidad de los suelos: La explotación intensiva de las tierra empobrece los suelos y, por consiguiente, la calidad de los nutrientes en los alimentos. A esto le sumamos, la gran cantidad de comida chatarra que se ingiere cada día, que puede desequilibrar la fabricación de colágeno por parte del organismo.
No está de más incluir en tu dieta suplementos con colágeno hidrolizado que apoyen a nuestro cuerpo en la producción de esta proteína. Aunque, mejor aún, aliméntate bien y balanceadamente.
¿A qué edad es bueno tomar colágeno?
El colágeno es la proteína que aglutina, que cohesiona las células de todos los ligamentos, tendones y cartílagos de nuestro cuerpo, incluido hasta el cabello. A medida que pasan los años, el cuerpo empieza a producir menos cantidad de colágeno.
Esta disminución se traduce en piel y músculos flácidos, dolor en las articulaciones, caída del cabello, osteoporosis. Entonces, ¿a qué edad podemos empezar a tomarlo?
En las etapas de infancia y adolescencia producimos colágeno en cantidades industriales. Es a partir de los 20 años de edad cuando comienza el declive de la producción, a razón, según estudios, de un 1% anual.
Cuando arribamos a los 40 años, estamos produciendo solo la mitad de lo que producíamos cuando éramos adolescentes.
A partir de allí empezamos a perder elasticidad en la piel, acompañado de dolor en las articulaciones y pérdida de densidad en los huesos.
Entonces, los especialistas recomiendan, empezar a tomar suplementos de colágeno a partir de los 35 años. Hay que tener presente que, quienes pierden mayor cantidad de colágeno son las mujeres, por motivos fisiológicos.
Uno de los factores que ocasiona esto en las mujeres es la etapa de embarazo. Cuando la criatura está en formación, sus huesos y cartílagos demandan colágeno de la madre para ayudar a su formación.
Otro factor femenino es la llegada de la menopausia, que también incide en la merma de la producción de colágeno. Se aconseja tomar 10 gr. diarios de suplementos de colágeno a cualquier edad; pero, en las mujeres, mejor a partir de los 35.
Los micronutrientes necesarios
El colágeno está formado por unas pequeñas moléculas llamadas aminoácidos y junto a ellos, están los componentes químicos que sintetizan esta proteína. También tienen la función de proteger el tejido conjuntivo: son el magnesio y las vitaminas B1, B2, B6, C y E.
En este sentido la vitamina C, o ácido ascórbico, es un factor determinante. Nuestro cuerpo no tiene enzimas para producir este nutriente, así que, es necesario, ingerir unos 60 mg. diarios.
Las vitaminas del complejo B y el magnesio intervienen en la síntesis proteica. Hay un lubricante natural, que aceita los cartílagos y los ligamentos, mejorando la movilidad en las articulaciones que es el ácido hialurónico.
La combinación de nutrientes de Articagos elaborada mediante avanzada tecnología complementa todas las necesidades nutricionales, en una sola cápsula.
Uno de los elementos que no debe faltar en nuestra alimentación es, ciertamente, el agua. El agua, junto a las diferentes sales y azúcares, forman parte del tejido conectivo de las células.
Cuando tenemos una hidratación deficiente, las fibras de los tejidos se vuelven más compactas y espesas, bloqueando la entrada de agua, nutrientes y salida de residuos. Cuando esto sucede, el envejecimiento y deterioro de las fibras se acelera.
Si llevamos una dieta bien equilibrada y balanceada no será necesario obtener los micronutrientes del colágeno a través de suplementos. Pero, como casi nunca es el caso, se aconseja una dosis de 10 gr. diarios.
Se pueden disolver fácilmente en jugos, leche o sopas. No hay problema en tomarlos permanentemente, porque no producen efectos secundarios.
Puedes conseguirlos en forma de polvo, líquido o en pastillas, viniendo enriquecido con complejo B, vitamina C, ácido hialurónico y magnesio.
Articagos contiene extracto de mejillón verde, que provee altos niveles de ácido hialurónico, del cual se compone el líquido sinovial que lubrica las articulaciones y protege del desgaste.
Colágeno para la flacidez de la piel
brazo con flacidez, brazo de mujer piel clara, franela blanca, mano tocando la piel flacida por aumento y disminucion de peso brusca
A medida que vamos envejeciendo, producto de un proceso completamente natural, nuestra piel y nuestro rostro van perdiendo tersura. El colágeno, precisamente, es la proteína que hace posible que nuestra piel luzca brillante y firme.
Es bueno recordar que casi tres cuartas partes de nuestra piel están compuestas de colágeno, el cual empieza a perderse alrededor de los 20 años de edad. La pérdida de esta proteína es de, al menos, un 1% cada año.
Por ser una proteína, el colágeno contiene aminoácidos, y toda esa composición la asimilamos a través de la comida, principalmente los lácteos, la carne y el pescado. Estos aminoácidos producen otras proteínas responsables de que nuestra heridas cicatricen, y hasta para fabricar más colágeno.
Pero, al pasar el tiempo, la producción de colágeno va disminuyendo; por eso la piel se resquebraja, se arruga y pierde elasticidad.
Esta disminución es normal, pero, factores como la contaminación, los rayos UV, la deshidratación y el tabaco la aceleran.
En este sentido, la vitamina C juega un papel importante porque, por su efecto antioxidante, retarda la acción de los radicales libres que degeneran nuestra piel. Por ello, debemos ingerirla en forma de frutas y verduras frescas, promoviendo la fabricación natural de más colágeno.
Otros alimentos que se deben comer son los ricos en coenzima Q, presente en pescados como la caballa; en vitamina E, como las almendras y cítricos, para la C.
Otra manera de darle un cariñito a nuestra piel deficiente de colágeno es por medio de cremas. Potencian el colágeno directamente sobre la piel, haciendo el mismo efecto de los alimentos ricos en micronutrientes.
Muchas de ellas contienen colágeno hidrolizado, que es más fácilmente asimilable, siendo eficaces para neutralizar los efectos de la edad y las líneas de expresión.
Existen técnicas estéticas sofisticadas:
La radiofrecuencia facial: Es una técnica que usa ondas de radio para estimular la circulación, favoreciendo la producción de elastina y colágeno; su eficacia radica en que no se usan agujas.
La mesoterapia facial: Se inyecta una combinación de sustancias para nutrir la piel de forma profunda.