Redacción Internacional..- La primer vez que Ivan S. inhaló polvo rosa o ‘Tuci’, una droga sintética similar a la cocaína y por la que pagó 50 dólares el gramo, sintió el pecho agitado y una adrenalina que lo llevó a moverse y gritar, cada vez más, en la fiesta electrónica que frecuenta habitualmente en Buenos Aires, capital del país.
El efecto, dice, es parecido al del LCD (pantalla de cristal líquido), pero “activa de una manera inmediata en el cuerpo” al aspirarlo. Las luces se vuelven más intensas y el tacto ante cualquier roce se sensibiliza. Nunca antes, explica el joven de 27 años a este medio, había pagado tanto por una sola dosis de droga.
En 2017, el Ministerio de Justicia de Argentina incluyó a ‘Tuci’ en la lista de estupefacientes ilegales del país. Fue cuando se reportaron casos en distintos centros médicos de jóvenes que habían consumido un particular polvo rosa que causaba, entre otras cosas, taquicardia, cuadros de psicosis, hipertensión y repentinos cambios de ánimo.
El nombre surge de su tonalidad en inglés al pronunciar su fórmula química: 2C-B (tucibi). Es considerada por los especialistas como una droga sintética, es decir, creada en laboratorios a partir de diversos componentes químicos y no naturales, como son la cocaína o la marihuana. Puede consumirse por medio de un polvo rosa y también en pastillas similares al éxtasis. Estos narcóticos suelen utilizarse comúnmente en fiestas electrónicas o ‘raves’ de todo el mundo y, actualmente, figuran entre los más costosos del mercado local argentino.
En 2016, durante una masiva fiesta en Buenos Aires a la que asistieron 20.000 personas, conocida como ‘Time Warp’ —famosa por llevar a tocar a los dj más exitosos del ambiente— cinco jóvenes de entre 15 y 21 años perdieron la vida a causa del consumo excesivo de drogas sintéticas en el lugar. Una cifra sin precedentes hasta aquel entonces en el país sudamericano.
La tragedia despertó la preocupación del Gobierno de la ciudad, a cargo de Buenos Aires, que endureció los controles de pesquisas durante las fiestas y las políticas de supervisión para las empresas privadas que organizan este tipo de eventos.