Redacción Internacional.- El gigante farmacéutico alemán Bayer ha revelado que para finales de octubre en Estados Unidos se acumularon 9.300 demandas en su contra. Las denuncias están relacionadas con el herbicida Roundup, adquirido por Bayer tras la compra del gigante de agroquímica Monsanto.
Los demandantes sostienen que estos herbicidas causan cáncer y denunciaron que su salud fue dañada por su uso.
La compañía se convirtió en objeto de críticas por no haber avisado sobre los riesgos de los que, según los demandantes, estaba al tanto o tenía que estar al tanto.
Por su parte, Bayer rechaza todas las acusaciones y asegura que el glifosato, componente activo de Roundup, es totalmente seguro. “El glifosato es seguro para el uso cuando es utilizado de acuerdo con las instrucciones de la etiqueta, según ha sido confirmado por más de 800 estudios científicos, décadas de experiencia práctica con el glifosato y los asesoramientos de las autoridades regulatorias en más de 160 países”, afirmó la compañía.
Para finales de agosto el número de demandas contra Bayer era 8.700. A principios de aquel mes el Tribunal Superior de San Francisco (California, EE.UU.) dictaminó que Monsanto tenía que pagarle 289 millones de dólares a un jardinero que desarrolló cáncer tras usar herbicidas con glifosato, incluido Roundup. Bayer planea apelar aquella decisión judicial, reiterando su postura acerca de la seguridad del uso de glifosato.
Polémica en torno al herbicida
La Agencia de Protección Medioambiental de EE.UU. (EPA, por sus siglas en inglés) estima que el glifosato es de baja toxicidad para los humanos y recomienda usar protección para los ojos durante su uso, recordando que tras la aplicación del herbicida se puede entrar en los campos agrícolas no antes de que transcurran 12 horas.
La Organización Mundial de Salud (OMS) clasificó el glifosato como “probablemente cancerígeno para los humanos” en su estudio de 2015. Sin embargo, en 2017 Reuters afirmó que aquel estudio fue redactado y que de la versión final desaparecieron las conclusiones de los científicos que no encontraron vínculos entre el uso de glifosato y el desarrollo de cáncer.
Por su parte, el Centro Nacional de Información de Pesticidas de EE.UU. concluye que los estudios sobre el impacto del glifosato en el desarrollo de cáncer ofrecen resultados contradictorios. Algunos de ellos, en los que se estudiaron animales de laboratorio expuestos a altas dosis del herbicida, apuntan a que el glifosato sí tiene potencial cancerígeno. Otros investigadores asocian el uso del glifosato con la formación del linfoma no Hodgkin.