Redacción Internacional.- A sus cuatro años de edad, Bruno tiene sobrepeso. Los sábados por la tarde sus padres le llevan a la sala de juegos en un centro comercial situado en un sector acomodado de Brasilia.
Mientras los adultos hacen sus compras, los menores corren de un lado a otro de la sala, saltan en las colchonetas, se escoden en castillos hinchables o se introducen en una piscina llena de pelotas de goma de colores. Son un grupo de aproximadamente 20 niños y varios de ellos son obesos. Bruno es el que mayor problemas de agilidad presenta.
En Brasil –el país que evoca a la capoeira, la samba, playas de agua cristalina y los cuerpos esculturales– sufre sobrepeso el 54% de la población y un 7,3% de niños menores de cinco años. Las cifras de obesidad no son más esperanzadoras: una de cada cinco personas es obesa, lo que representa el 18,9% de la población.
A pesar de que en 2014 el gigante latinoamericano salió del ‘mapa del hambre’ de Naciones Unidas, desde hace años libra una batalla contra la obesidad, puerta de entrada a enfermedades crónicas como la hipertensión y diabetes, que incluso provocan la muerte.
Un estudio publicado por la revista Cancer Epidemmiology enciende las alarmas: en 2025 más de 30.000 casos de cáncer estarán asociados a la obesidad, el doble que en 2012.
“Esta epidemia tiene mucho que ver con una cuestión financiera. Las personas con un nivel adquisitivo bajo se decantan por el ‘junk food’ (comida basura), productos industrializados, que no son saludables y con una ausencia de valor nutricional, de caloría vacía y de bajo costo”, explica a RT el nutricionista Paulo Mendes.
Pero también la sufren las personas de las clases más altas: tienen acceso fácil a restaurantes, como pizzerías y hamburgueserías, con lo que a menudo caen en el sobreconsumo. Son más sedentarias, trabajan cada vez más y priorizan cada vez menos la actividad física.
Industrias farmacéuticas El aumento de obesidad en Brasil ha impulsado el posicionamiento en el mercado de empresas farmacéuticas que ofrecen tratamientos orales e inyectables mucho más prácticos que la cirugía bariátrica contra la obesidad.
“Este mercado de drogas creció mucho en los últimos 15 años. Las grandes industrias inyectan millones de dólares porque saben que la población obesa está subiendo. Son fármacos no invasivos que están dando resultados extremadamente satisfactorios. Son prácticos y más seguros que las intervenciones quirúrgicas”, afirma Mendes.
¿Cómo se combate? Para los nutricionistas su principal estrategia pasa por la motivación del paciente. Muchas veces las personas que sufren obesidad saben qué comer, pero no cómo hacerlo. Mendes comenta que otra de sus prioridades es disminuir la ansiedad del paciente y evitar la comparación con las personas de alrededor. “También es importante eliminar la famosa ‘inmediatez ficticia’. Decirle lo que tiene que comer es muy fácil, pero mantenerle convencido durante el proceso es nuestra mayor dificultad y desafío”, reitera.
El crecimiento económico, la urbanización, el sendentarismo, el cambio en los patrones de consumo, la ingesta de alimentos industrializados, ricos en azúcar y grasa, los refrescos y una ausencia de organización alimenticia son algunos aspectos que explican el aumento del sobrepeso y la obesidad.
Los expertos alertan de que una nueva epidemia, denominada ‘doble carga’, se avecina sobre Brasil. Se trata de personas con sobrepeso, pero que sufren desnutrición como consecuencia de una alimentación poco saludable. La población con menores recursos es la más afectada.
Dentro del programa Década de Acción de Naciones Unidas para frenar la Nutrición, Brasil se ha fijado como meta de aquí a 2019 reducir en un 30% el consumo regular de refrescos y de zumo artificial, y aumentar en un mínimo de un 17,8% el número de adultos que consumen frutas y verduras de forma regular.
El Ministerio de Salud ha publicado la guía ‘Alimentación para la población brasileña’, ha retirado más de 17.000 toneladas de sodio en alimentos procesados y ha incentivado un programa de actividades físicas con 3.800 espacios públicos para realizar deporte.
También la prensa nacional lleva a cabo su particular campaña con publicaciones de artículos sobre este tema en un intento de concienciar a padres como los de Bruno de la necesidad imperante de cuidar la alimentación de los menores. En sus manos está la salud de sus hijos.