La infidelidad entre hombres y mujeres existe desde los comienzos de la humanidad y sucede cuando uno de los miembros de la pareja no puede mantener el lazo afectivo y el compromiso con el otro, lo que provoca situaciones de engaño muchas veces irreversibles y muy dolorosas para la pareja.
Marcar donde está el límite de compromiso es un punto en el cual los dos miembros no siempre coinciden. Una aventura puntual, un beso, mensajes subidos de tono o pensar en hacer el amor con otra persona.
Cada persona y cada pareja es un mundo. En ocasiones, nuestro instinto animal aparece y puede desmontarnos los esquemas de valores que creíamos tener bien arraigados.
En realidad, el compromiso de exclusividad que la pareja pactó de mutuo acuerdo puede ser muy diferente en cada pareja y es muy personal. Tengamos en cuenta que la exclusividad sexual con una persona no siempre es sinónimo de fidelidad, hay otros aspectos más profundos de la relación.
Infidelidad no física
Puede ser el engaño hacia la otra persona, pero no en su totalidad. Tiene que ver con el deseo, la conquista, la búsqueda o no comunicar a la pareja lo que estoy sintiendo fuera de nuestra relación.
Es posible crear un vínculo emocional con otra persona sin tener contacto sexual, ese es un tipo de alarma que hay que hablar en pareja y acordar códigos.
Según sostiene el sexólogo Roberto Viñas, “el dinamismo de la sexualidad es distinto al dinamismo del amor. En el tiempo es difícil imaginar que mi pareja va a sentir una atracción hacia mí durante toda la vida, es irracional creerlo. Por eso existen pequeñas atracciones que a veces son necesarias y parte de la vida humana, al verlo de esa manera no lo volvemos tan mítico”, argumenta el experto.
En la infidelidad no hay grados
La doctora en psicología Clínica Mila Cahue explica que se es fiel o no sé es, no existen grados. Todo depende de los valores de cada uno, lo que cada uno esté dispuesto a admitir y si se está haciendo daño y engañando a la pareja.
Muchas parejas aceptan las relaciones libres, permiten las relaciones sexuales con terceros mientras no se impliquen emocionalmente. Se trata de acuerdos entre la pareja y viven felices con ello.
Debemos ser conscientes que, si no se ha acordado específicamente así, una infidelidad puede suponer un golpe emocional difícil de curar y motivo justificado para dejar la relación.
Aunque existen parejas que deciden continuar juntos tras una infidelidad, cada relación es un proyecto de vida qué incluye muchas facetas. Se trata de una decisión personal y que debe ser meditada por cada persona individual.
Lo fundamental ante una situación de este tipo es la comunicación. No dejen de comunicarse, expresar qué sienten para evitar sufrir injustificadamente.
¿Un consejo? Recomendamos ser sincero siempre, aunque cueste y duela. Las mentiras siempre salen a la verdad y sólo pueden traernos dolor e infelicidad.