Los síntomas como la inapetencia o el cansancio pueden no ser señales muy vistosas o graves pero sí debemos preocuparnos cuando aparecen juntos y prolongados en el tiempo, pueden estar siendo la evidencia de problemas internos más graves. No debemos esperar mucho para ir a la clínica veterinaria a que el profesional haga una revisión completa a nuestro mejor amigo. Cuanto antes captemos el origen de estos cambios, antes podremos atacar la posible enfermedad.
El colega de dos piernas del perro, el humano, es esencial para el equilibrio en la salud de su animal. En muchas ocasiones, no es suficiente con la estrecha relación que facilita el día a día para saber que algo no va bien. Queremos daros más pautas, señales claras con las que podemos reconocer que algo sucede, que el peludo necesita un rápido examen en el veterinario. No pretendemos impartir un curso exprés en medicina veterinaria, pero sí que todos estemos al tanto de los principales síntomas que pueden aparecer cuando las cosas se tuercen.
Problemas como la tos, aunque si es puntual no debemos preocuparnos, si es persistente será síntoma de una enfermedad. Igualmente ocurre con la inapetencia, puede darse por el calor, el celo o porque no le guste el producto, pero si la inapetencia dura será momento de acudir al veterinario.
Por otro lado, hay síntomas que denotan que hay un problema en una parte específica del cuerpo, por ejemplo las sacudidas de cabeza se darán principalmente por alguna patología o molestia en una oreja. Las secreciones prolongadas en los ojos o el parpadeo continuo también son señales de que hay que hacer una visita al veterinario.
El mal aliento o halitosis puede ser el más claro reflejo de un problema localizado en la boca o incluso de algún problema del aparato digestivo. Para hacer frente a este problema, la mayor parte de las veces bastará con mejorar su alimentación, dándole únicamente pienso de calidad.
Inapetencia
En caso de enfermedad, el dejar de comer suele verse acompañado por otros síntomas: molestias bucales (gingivitis), vómitos, fiebre... Prestaremos atención a ello.
Sacudida de cabeza
Este suele ser un síntoma indiscutible de un problema en sus orejas: infección o cuerpo extraño. El animal está molesto e intenta resolver su problema a base de sacudidas. No utilizaremos nunca métodos caseros para intentar aliviar el sufrimiento del animal, una otitis mal curada suele ser el inicio de una otitis crónica. Dejaremos la decisión del tratamiento a nuestro veterinario.
Legañas
La secreción ocular o, comúnmente, legaña, puede no ser señal de enfermedad y sí evidencia de dejadez del propietario. Si las legañas acompañan diariamente al animal a pesar de la buena higiene y encima viene a la par que un enrojecimiento en los ojos y parpadea frecuentemente, habrá que ponerle remedio acudiendo a la clínica.
Parpadeo continuo
Si nuestro animal guiña el ojo sin cesar, será que le molesta algo en él y está intentando quitárselo de esa manera. En muchas ocasiones, este síntoma se acompaña por un incesante intento de rascado con las patas. Olvidémonos de los tratamientos caseros y pongámonos en manos del profesional.
Vómitos
Es un acto reflejo del animal, que se produce cuando algo va mal en el aparato digestivo. Puede ser un simple problema debido a la glotonería de ciertos animales, o uno de los indicios de una grave. Si el animal vomita pero se le ve alegre, podemos dejarle sin comer 24 horas y controlar que beba poca agua y en muchas tomas. Después, volveremos a darle su comida, si sigue con vómitos, vamos al veterinario. Sin embargo, si desde el principio también tiene diarrea, decaimiento y/o fiebre acudiremos directamente al profesional.
Mocos
La razón de esta secreción continuada puede ser el invierno, el ejercicio… pero si esta secreción se hace abundante, deja de ser transparente y se acompaña de estornudos, tos y decaimiento habrá que acudir al veterinario.
Para descubrir cuáles son las demás: Muy Mascotas