Son muchos los que recurren al café como un botiquín de urgencia ante el cansancio, la fatiga o el decaimiento, pero investigadores de la Universidad de Georgia (Estados Unidos) han descubierto una alternativa más saludable y que aporta todavía más energía y de forma más inmediata: subir y bajar escaleras durante diez minutos.
El estudio que lo demuestra ha sido publicado en la revista Physiology and Behavior, y ha sido realizado a pequeña escala, pues solo han participado 18 personas en él.
El pequeño grupo estaba formado en su totalidad por mujeres estudiantes de la Universidad, que realizaban ejercicio y consumían cafeína de manera habitual. Además, sus ciclos de sueño de media no superaban las seis horas y media.
La energía que proporciona subir y bajar escaleras desaparece antes de una hora, por lo que se recomienda repetir esta práctica varias veces al día
Las jóvenes, de entre 18 y 23 años, completaron un cuestionario en el que informaban sobre su sensación de energía, capacidad de reacción, motivación, fuerza, atención y memoria a corto plazo; de esta manera, sería posible analizar el cambio experimentado tras aplicar las técnicas empleadas en el estudio.
A una parte de las participantes se les administró una pastilla con 50 miligramos de cafeína –lo que equivale a media taza de café o el contenido de un refresco–, a otro pequeño grupo se le dio una pastilla de placebo con harina, y al resto se les hizo subir y bajar escaleras durante diez minutos.
Subir y bajar escaleras: un ejercicio con efecto a corto plazo
Después de 30 y 50 minutos, volvieron a rellenar el cuestionario anterior y los resultados mostraron que las mujeres que subieron y bajaron escaleras aseguraban tener un nivel de energía superior a aquellas que tomaron la pastilla de cafeína.
No obstante casi una hora después, el segundo cuestionario del experimento reflejó que la energía de ambos grupos era la misma, por lo que se puede decir que los efectos del ejercicio en las escaleras son a corto plazo. Estos cuestionarios se repitieron con la misma metodología durante tres días.
Los investigadores también llegaron a la conclusión de que las intervenciones no afectaron de manera sustancial a la memoria, la atención, y capacidad de reacción.
Como afirma Patrick O’Connor, profesor de kinesiología y autor del estudio, el efecto de esta actividad física para elevar nuestra energía dura poco, y por eso aconseja repetir esta práctica tan sencilla varias veces al día en el trabajo o en los centros de estudio para cargar las pilas de una manera saludable.