Los robots sexuales están aquí y, a pesar de los numerosos dilemas éticos que plantea la cuestión, su comercialización ya es un hecho en países como Estados Unidos y Japón. En los próximos años estas tecnologías seguirán avanzando y se cree que los robots serán capaces, entre otras cosas, de desarrollar dependencia emocional por sus dueños.
Las investigadoras británicas Chantal Cox-George y Susan Bewley realizaron una pormenorizada búsqueda bibliográfica sobre el tema para intentar dilucidar si los robots sexuales suponen o no un peligro para la sociedad. Según las especialistas, no existe en la actualidad suficiente evidencia científica como para determinar si estas máquinas de aspecto humano son o no peligrosas.
Mientras algunos catedráticos creen que su implementación podría ayudar a pacientes con disfunciones eróticas y prevenir el ataque de predadores sexulaes, otros sostienen que su uso profundizará problemáticas como la objetivización de la mujer y hará subir las tasas de violaciones y crímenes sexuales contra menores.
Fuente: tuhistory
