Mi mujer solo le gusta que le diga cosas groseras y ver pornografía. Qué hago

Pregunta: Hace dos años que mantengo una relación estable con una mujer maravillosa. El único tema nuestro es la cama: ella es demasiado agresiva, le gusta tomar la iniciativa, me pide que le diga cosas groseras y que hagamos cosas que ponen en riesgo nuestra seguridad.

Le gusta ver pornografía y a mí de verdad que no me desagradan pero no necesito estar viéndolas.

Ella me dice que le gustaría estar conmigo y otra mujer en la cama cuando estamos en pleno acto, aunque al terminar, me dice que eso es un juego, que deje de estresarme tanto. La cuestión es que yo veo que mi deseo sexual no es el mismo, y estoy eyaculando muy rápido desde un tiempo atrás. ¿Qué debo hacer?

Respuesta: Los temas de intimidad son muy complejos y lo que a algunos les excita no necesariamente al otro le debe gustar, entiendo que también entra mucho en juego la educación sexual recibida en casa y como has manejado dicho tema. Fíjate como el hecho de que ella sea agresiva y te pida que lo seas, te pone en una posición incómoda y es bueno que te cuestiones por qué te sientes así (ella dice no te estreses tanto).

Es importante en toda relación negociar, y poder expresarle al otro como me siento ante sus demandas. El silencio es tu peor enemigo y fíjate como ya se está reflejando en tu apetito sexual.

El hecho de que ella sea así, no necesariamente es porque sea una mujer muy experimentada, sino más bien puede ser que ella ha tenido la oportunidad de buscar en sí misma, aquellas cosas que le producen placer.

Sería bueno que fueran juntos donde un sexólogo, para que ambos expliquen su forma de ver las cosas y luego puedan llegar a una media donde ambos se puedan sentir cómodos en la intimidad.

A muchos hombres por el tema del machismo, les han hecho creer que son los que deben llevar iniciativa y ser los que dirijan las sensaciones como el placer de la mujer y esto no es así.

También no puedo dejar de mencionarte que como me hablas de una eyaculación rápida, quizás el hecho de ella pedirte que seas más agresivo te inmovilice por no culminar antes de lo que has previsto.

En la sexualidad tenemos un abanico inmenso de posibilidades de preferencias, gustos, acciones y con esto no podemos etiquetar al otro ni pensar que su forma de actuar es incorrecta.

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