Tal vez no sea la más pasional de las posiciones, pero seguro es una de las más románticas.
Se trata de la postura de la cucharita, la cual refleja ternura, protección y verdadero afecto.
Sentimientos que a la pareja le hace mucho bien revivir cada tanto a través del cuerpo.
Los más jovencitos en el sexo, que aún no incursionan en locas posturas, la tienen como una de las mejores posiciones.
Es una sensación continua de hacer el amor sin caer en lo salvaje o lo meramente carnal. Algo que, sobre todo, a las mujeres les encanta.
Algunos especialistas en sexología recomiendan esta variante para los recién casados. Es una forma de crear mayores lazos emocionales.
¿Cómo se hace la postura de la cucharita?
Ambos enamorados se acuestan de lado, mirando a la misma dirección. El hombre detrás espera a que ella apoye la espalda en su pecho. Y el coito se produce desde atrás suavemente. O al ritmo que el deseo marque en ese momento.
Es muy sencilla, cómoda y utilizada por muchas parejas del mundo. A veces, simplemente se da sin planificación. Pues es común que estén abrazados, descansando y algún roce despierte el interés.
Mejores posturas para el sexo anal
Existen diversos beneficios que se le atribuyen a la postura de la cucharita. Tanto para los hombres como para las mujeres hay resultados muy positivos.
Romántica. Para aquellos hombres que quieren hacer sentir a sus mujeres la protección de sus brazos. Es muy relajante quedarse dormidos amarrados luego del sexo. Mantenerse unidos en posición fetal.
Anti-timidez.
Las jovencitas que se están iniciando suelen sentir vergüenza de nuevas posturas. Por inexperiencia o por sentirse observadas, muchas la pasan verdaderamente mal con algunos cambios. La postura de la cucharita le brinda la seguridad de que no serán miradas y la mayoría del trabajo lo hará él.
Se logra una penetración profunda con estimulación del punto G. Por lo que la mujer tiene bastante para disfrutar si decide hacerlo.
Libertad para las caricias. El hombre puede realizar masajes relajantes o estimular zonas erógenas. Por su lado, la señorita puede hacer lo que desee con sus manos, también.
Sueño sano. Los que eligen esta manera de hacer el amor con frecuencia logran un sueño reparador.
Anti-estrés. Está comprobado que al producir menor cantidad de cortisona se baja el estrés. Se afirma que el sexo es muy saludable para el organismo y la postura de la cucharita lo magnifica.
Uniones emocionales.
La oxitocina aumenta y trae como consecuencia sentimientos asociados a la fidelidad y a las conexiones profundas. Ojo, no estamos asegurando que tu pareja es fiel, solo se trata de sensaciones.
Menos esfuerzo físico.
No requiere de un nivel alto de energía ni de grandes destrezas físicas. Por lo que es ideal para aquellos días en los que el cansancio está ganando la batalla. O cuando vuelven de una fiesta y las piernas se encuentran fatigadas por tanto baile.
Disimular fácilmente. A muchas parejas les sucede a diario que sus hijos irrumpen a la habitación en pleno acto de amor. En algunos casos, se torna muy difícil zafar de esa incómoda situación. Pero con la cucharita solo hay que dejar de moverse y nadie habrá notado absolutamente nada.
Diferentes tipos de sexo. En esta posición existe la posibilidad de realizar penetración anal o vaginal. Sin ningún tipo de inconveniente se puede hacer la variación.
Atreverse a las variantes de la postura de la cucharita resulta muy sencillo. Es tan popular y aceptada como la del misionero. Solo que aquí no existe un contacto visual.
Muchachos sin experiencia que deciden hacer el amor por primera vez. O que están ampliando sus conocimientos desde hace poco tiempo en el maravilloso mundo del sexo.
Los recién casados que sueñan con el matrimonio romántico y afectuoso. Y no quieren dejar de estar abrazados en ningún momento.
Los adultos mayores que no pueden hacer grandes esfuerzos físicos. O a quienes algunas poses sexuales ya le resultan bastante incómodas o riesgosas para su salud. Incluso a veces tampoco el misionero les queda bien por el peso que deben soportar encima.
Definitivamente, la postura de la cucharita es una de las mejores. Permite un goce biológico y emocional en el mismo momento.