Las mujeres que limpian tienen mayores riesgos de sufrir problemas pulmonares

De acuerdo con los resultados de un estudio realizado por un grupo de investigadores de la Universidad de Bergen, en Noruega, la función pulmonar de las mujeres que trabajan como limpiadoras o realizan esta función en su propio hogar puede verse reducida como consecuencia de la constante inhalación de los productos tóxicos que utilizan para desinfectar.

En dicho estudio se analizaron 6.235 personas, de 34 años de edad de media, durante un período de 20 años.

Øistein Svanes, autor del estudio, y sus compañeros de equipo, han subrayado que la exposición a estas sustancias durante entre diez y 20 años deteriora la salud pulmonar de estas mujeres a largo plazo, y que el efecto negativo sobre su capacidad pulmonar es equivalente al de fumar algo menos de 20 paquetes de cigarrillos al año durante ese periodo de tiempo.

Asimismo, las mujeres que trabajaban como limpiadoras tuvieron una prevalencia de asma del 13,7% y las que limpiaban su propia casa un 12,3%, en comparación con un 9,6% en aquellas que no se encargaban de estas tareas.

Inhalar productos de limpieza a largo plazo equivale a fumar 20 paquetes de tabaco al año

En la investigación, que ha visto la luz en la revista American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine, se han observado los efectos de los productos tóxicos sobre la salud pulmonar a largo plazo, y para ello se midió el volumen espiratorio forzado durante un segundo (FEV1) –la cantidad de aire que se es capaz de exhalar en un segundo– y la capacidad vital forzada (FVC) –el volumen de aire que se puede espirar–.

Las sustancias químicas irritan las mucosas de los pulmones

En la medición del FEV1 las que trabajaban limpiando presentaron una reducción de 3,6 ml al año con respecto a las que no estaban expuestas a los químicos de este tipo de productos, mientras que las que aseaban su casa de manera habitual tuvieron 3,9 ml menos al año. En la FVC se comprobó un descenso de 4,3 ml al año en aquellas que utilizaban estos líquidos en casa, y 7,1 ml al año en las que los empleaban en el trabajo.

En el caso de los hombres –tanto si se dedicaban a la limpieza profesional, como si lo hacían en casa– no se observaron disminuciones significativas ni en el FEV1 ni el FVC.

Los hallazgos de la investigación sugieren que la reducción en la función respiratoria de las mujeres se debe a la irritación en las mucosas de los pulmones como consecuencia de los productos químicos utilizados para la limpieza, y a que esta exposición a largo plazo hace que las vías respiratorias cambien y se remodelen, disminuyendo su capacidad.

Los autores hacen hincapié en que se sustituyan estos líquidos desinfectantes por agua y una bayeta, que suele ser suficiente en la mayoría de los casos, afirman.

Del mismo modo, opinan que se deberían regular los productos tóxicos de limpieza y crear nuevas versiones de los mismos que no se puedan inhalar.

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