Pautas nutricionales que debes seguir para el reflujo gastroesofágico

Si padeces reflujo y ardor, toma nota de cómo debes orientar tu dieta para aliviar sus síntomas.

Tiene que dar más relevancia a las proteínas en detrimento de las grasas y conocer los alimentos que debes evitar.

Las necesidades nutricionales de una persona que padece reflujo gastroesofágico no difieren, en esencia, de otra que no padezca esta patología.

Y entre la sintomatología más común destaca la pirosis, que es la sensación de ardor o quemazón, debida al paso del contenido gástrico nuevamente al esófago, acompañada de inflamación de este último y posibilidad de lesionar la mucosa del esófago.

En el estómago se segrega ácido clorhídrico, un producto muy irritante, pero necesario para realizar la digestión de los alimentos.

La propia pared gástrica posee una capa de moco que la protege de esta acidez, pero la pared esofágica no está preparada para este pH tan bajo, por lo que si, de forma repetida, parte del contenido gástrico que incluye ácido clorhídrico pasa al esófago, este se va irritando hasta inflamarse o dañarse, en muchos casos.

La alimentación, básicamente, ha de constituir una dieta equilibrada y saludable, aportando mayor relevancia a las proteínas, que son el macronutriente más recomendable en este caso por su capacidad de aumentar la presión del esfínter esofágico inferior o la puerta de paso entre esófago y estómago.

Es aconsejable que  este esfínter se abra y cierre con suficiente fuerza para que no deje escapar el contenido del estómago hacia zonas superiores.

Podemos SUBRAYAR que las necesidades nutricionales del paciente con reflujo gastroesofágico se cubren con una dieta de contenido normal de hidratos de carbono (50-55% de toda la energía tomada), levemente hiperproteica (15-20%) en detrimento de las grasas, que deberían bajar un poco su cantidad total (25-30%), ya que provocan cierta relajación del esfínter que separa el esófago del estómago.

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