Insuficiencia renal aguda: causas y síntomas

La insuficiencia renal es una afección de los riñones que se caracteriza por su ineficiencia para realizar un correcto filtrado glomerular, proceso que da lugar a la orina.

Los riñones son dos órganos situados en la zona baja lumbar que forman parte del sistema urinario. Se sitúan a ambos lados de la columna vertebral y están irrigados por las arterias renales.

Por otra parte, es interesante saber que anatómicamente el riñón izquierdo se encuentra íntimamente relacionado con el páncreas.

Los riñones están conectados por medio de los uréteres con la vejiga, que a su vez conecta con la uretra. Entre sus funciones principales se encuentran:

Excreción de sustancias de desecho a través de la orina.
Regulación del pH.
Regulación del equilibrio ácido-base.
Producción de eritropoyetina.
Síntesis de vitamina D.

¿Qué es la insuficiencia renal aguda?

La insuficiencia renal aguda es la incapacidad del riñón para excretar los productos de desecho a través del filtrado glomerular. Esta enfermedad se caracteriza por el rápido deterioro que sufre la función de filtrado del riñón, que, además afecta a las demás funciones renales, de manera secundaria. En consecuencia, todas las sustancias de desecho que deberían eliminarse quedan retenidas. A este fallo se asocia, por un lado, la alteración de los electrolitos, y por otro, la alteración del equilibrio ácido base del organismo.

La insuficiencia renal aguda se traduce en un aumento de los niveles de creatinina y urea en sangre

En función de la localización de la causa del fallo renal podemos distinguir:

Insuficiencia renal aguda prerrenal, cuando el origen se encuentra “por delante” de los riñones.
Fracaso renal agudo intrínseco, cuando el origen se encuentra en los propios riñones.
Insuficiencia renal aguda posrrenal, cuando el origen se encuentra por detrás de los riñones.

Causas de la insuficiencia renal aguda

Es la causa más frecuente de insuficiencia renal aguda adquirida. Se debe normalmente a una disminución del volumen de orina generado como consecuencia de una hemorragia severa, pérdidas digestivas o pérdidas renales, entre otros.

También se debe a la disminución del flujo sanguíneo por una insuficiencia cardiaca o por una respuesta excesiva a la toma de determinados medicamentos como los antiinflamatorios no esteroideos (AINES).

Dado que la alteración se encuentra por delante del riñón, el órgano no está afectado. La anatomía patológica es, por tanto, normal. En estos casos, la función renal se recupera con rapidez al corregir la causa.
Insuficiencia renal aguda intrínseca.

Se produce daño en el parénquima del riñón. Es la causa más frecuente de fallo renal agudo en el medio hospitalario. El origen más frecuente es la necrosis tubular, bien de origen isquémico (fallo en la irrigación sanguínea), bien de origen tóxico.

Cuando el origen es isquémico, el daño se explica por una disminución del flujo sanguíneo lo bastante intensa y suele deberse a una sepsis. Si el origen es tóxico, se debe a la toma de aminoglucósidos, vancomicina o algunos quimioterapéuticos de contrastes yodados, entre otros.
Insuficiencia renal aguda posrrenal.

Se debe a la obstrucción de ambas vías urinarias o de la vía final común. Lo más llamativo es la ausencia total de orina y la presencia de antecedentes urológicos.

Manifestaciones clínicas y analíticas
Acidosis metabólica.
Incremento de los niveles de urea y creatinina en sangre.
Aumento de la concentración de potasio en sangre.
Aumento de la concentración de fosfatos en sangre.

Disminución o ausencia de orina. No es un dato que sirva para el diagnóstico definitivo ya que en muchos casos la diuresis se mantiene.
Disminución de la concentración de calcio en sangre.
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¿Qué puede causar insuficiencia renal? ¿Cómo prevenirlo?

Índices urinarios

Este tipo de pruebas permiten distinguir entre una insuficiencia renal aguda prerrenal y una intrínseca. En la insuficiencia renal aguda prerrenal desciende la concentración de sodio en la orina; mientras que en la intrínseca, por el contrario, está aumentada.

En la insuficiencia renal aguda prerrenal aumenta la concentración de creatinina y otras sustancias en la orina. En la insuficiencia renal aguda intrínseca, la osmolalidad de la orina está disminuida.

Analíticas

Cuando existe insuficiencia renal aguda se puede observar un aumento de la creatinina y de la urea en plasma. Además, aumenta el potasio y disminuye el calcio, con lo que hay un aumento del volumen intravascular.

Los análisis de orina son la prueba más solicitada por el médico en caso de sospecha de esta patología. Se deben estudiar dos parámetros.

Por un lado, el volumen de orina, que está relativamente bajo. Por otro lado, el sedimento depositado, que puede ser normal (prerrenal), sangre (intrínseca) o proteico (posrrenal).

Otros estudios que suelen solicitarse para evaluar la insuficiencia renal aguda son el estudio de biomarcadores de daño tubular, técnicas de imagen (la ecografía renal es obligatoria en todos los enfermos con sospecha de insuficiencia renal aguda), y biopsia renal.

Diagnóstico

Diagnóstico IR - copia

El diagnóstico se realiza a partir de la evaluación del historial clínico del paciente y de las analíticas que se realicen. Una vez obtenidos los resultados de las pruebas de laboratorio, se podrá evaluar cuál será el mejor tratamiento al paciente.

En primer lugar, se deben instaurar una serie de medidas generales con el objetivo de corregir el desequilibrio hidroelectrolítico. Luego, dependiendo de la localización de la causa del fallo renal, se evaluarán distintos aspectos.

En los casos de insuficiencia renal aguda prerrenal la función se recupera rápidamente. Por tanto, bastará con mejorar la perfusión renal a base de fluidoterapia o de aminas vasoactivas.

Si hay insuficiencia renal aguda intrínseca no hay tratamientos específicos. Se basa en eliminar la causa y prevenir complicaciones.

En los casos de insuficiencia renal posrrenal basta con eliminar la obstrucción. La diálisis se reserva a casos casos muy seleccionados.

Esta es una medida agresiva, que supone un fuerte estrés para el cuerpo. La fase de recuperación se caracteriza por la aparición de poliuria, es decir, un exceso de orina. Esto se debe a que el organismo intenta eliminar el exceso de tóxicos acumulados.

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