Algunos factores externos como el clima o la contaminación, sumados a los factores internos como el propio envejecimiento, los malos hábitos y la alimentación, repercuten de manera notable en nuestro pelo y nuestro cutis.
No obstante, de manera natural podemos prevenir su deterioro y mejorar nuestro aspecto.
Descubre en este artículo una sencilla mascarilla de avena y levadura de cerveza que aportará hidratación, brillo y juventud a tu pelo y rostro.
¿En qué nos benefician las mascarillas?
Aunque cada día usemos tónicos y lociones hidratantes, nuestra piel necesita a menudo una dosis extra de nutrientes, ya que cada día se expone a factores que la dañan y la hacen envejecer de manera prematura.
Las mascarillas nos proporcionan unos minutos de relajación en los cuales podemos descansar y dejar que los poros de la piel absorban los nutrientes de los ingredientes que nos aplicamos.
Además, nos podemos permitir usar ingredientes que de ningún modo podríamos incluir en nuestras lociones diarias.
Es más recomendable hacernos nuestras propias mascarillas caseras, en lugar de adquirirlas, para que sean más naturales y libres de aditivos, así como para que sean específicas para nuestro tipo de piel.
Aunque algunas de las que te presentamos son para cutis específicos, otras son recomendables para cualquier persona.
Ingredientes naturales
La ventaja de usar ingredientes naturales es que de este modo evitamos otros componentes que podrían ser perjudiciales para la salud, como son los parabenos, las parafinas y otros derivados del petróleo, etc.
La avena
La avena es un cereal excelente para la salud, pero también a nivel tópico, gracias a su contenido en mucílagos.
Estos componentes son una fibra soluble con propiedades emolientes, es decir, que hidratan y protegen la piel y el cabello y evitan su resecamiento.
Esta virtud es muy adecuada para pieles sensibles o con acné.
Además, la avena contiene muchos nutrientes que revitalizan la piel y el cabello, entre los que destacan las vitaminas del grupo B, vitamina E y minerales como el zinc, el hierro, el magnesio o el calcio.
La textura de la avena molida también permite hacer una suave exfoliación de la piel para eliminar las células muertas que se acumulan en la capa superficial del cutis y le dan un aspecto envejecido y apagado.
La levadura de cerveza
La levadura de cerveza es un excelente suplemento nutricional para la salud y la belleza, que nos alimenta desde dentro y desde fuera.
Es rico en vitaminas del grupo B y minerales (hierro, cromo, potasio, fósforo, magnesio, azufre, calcio, zinc, selenio).
Este suplemento es ideal para eliminar las impurezas de la piel y prevenir el acné, gracias a su contenido en azufre, un potente limpiador.
Además, el selenio actúa como un gran antioxidante para prevenir el envejecimiento celular.
Al consumir y aplicarnos levadura de cerveza conseguimos más brillo e hidratación y, en el caso del cabello, también ayudamos a prevenir la caída y fortalecer el pelo desde la raíz.
Mascarilla de avena y levadura de cerveza
Esta mascarilla facial es adecuada para todo tipo de pieles: grasas, secas, mixtas, maduras, sensibles o con acné.
Gracias a estos dos ingredientes, que son muy equilibrantes, depurativos y emolientes, conseguiremos regular el sebo de la piel sin resecar o dejar el rostro con brillos.
También es muy adecuada para todo tipo de cabello, ya que regula la producción de sebo para conseguir hidratación, brillo y suavidad desde la primera aplicación.
Ingredientes
Para preparar esta mascarilla de avena y levadura de cerveza necesitaremos las siguientes proporciones:
2 cucharadas de avena molida (20 g)
Una cucharada de levadura de cerveza en polvo (10 g)
Agua (la necesaria)
Si lo deseamos podemos añadir tres gotas de algún aceite esencial de nuestra elección (lavanda, naranja, menta, limón, rosa, canela, etc.) para potenciar la relajación y las virtudes de la mascarilla.
¿Qué debes hacer?
En primer lugar mezclaremos la avena molida y la levadura de cerveza ya continuación, iremos añadiendo el agua muy poco a poco hasta conseguir una pasta homogénea.
La mascarilla no debe ser demasiado sólido, ya que eso dificultaría su aplicación. Tampoco debe ser muy líquida, ya que gotearía.
Aplicación
Es fundamental que cuando nos pongamos la mascarilla de avena y levadura lo hagamos sin prisas, ya que la relajación también contribuye a mejorar la absorción.