El nombre de Melanya Trump era conocido por el público en general mucho antes de la victoria de su esposo en la carrera presidencial. En 2005, la hermosa modelo de raíces eslovenas ya había construido una exitosa carrera profesional, la cual selló con broche de oro, casándose con una de las personas más ricas del mundo.
Naturalmente, el camino a la fama y el éxito para una joven sencilla de los bosques de Eslovenia era bastante espinoso. La vida no siempre fue glamorosa para la tercera esposa de Donald Trump, una mujer de 45 años oriunda de la ciudad industrial Sevnica. La infancia de Melania pasó en un departamento junto a un río y a fábricas humeantes.
El padre de Melania, Viktor Knavs, vendía autos y su madre, Amalia, trabajaba en una fábrica textil. La familia vivía en un edificio de departamentos de ocho pisos. De pequeña, Melania se interesó en el mundo de la moda. Incluso, en la primaria, comentaba que quería ser diseñadora.
Sus sueños comenzaron a hacerse realidad, cuando se mudó a Liubliana, la capital eslovena, para ir a la secundaria. Un día el fotógrafo Stane Jerko se topó en la calle con esta hermosa jeven de 1,80 metros y ojos azules. «Me acuerdo todavía lo alta que era, y lo lindos que eran su cuerpo y su cabello», — comentaba Jerko mientras mostraba fotos de Melania de aquella época en blanco y negro.
Melania comenzó a modelar a los 16 años: trabajó en Milán, París y otros centros de la moda. Aprendió a hablar fluidamente inglés, alemán, francés e italiano, además de esloveno y serbocroata, las lenguas que se hablaban en Yugoslavia.
Los vientos del éxito soplaban a su favor, y muy pronto la joven modelo se cambió su nombre y pasó a llamarse Melania Knauss. En 1996, la modelo se radicó en Nueva York, donde dos años más tarde conoció a su futuro marido. En una fiesta en Manhattan, Donald Trump, recién separado, le pidió a la encantadora modelo su número de teléfono. Ella, por cierto, no se lo dio — porque Trump estaba con otra mujer esa noche, según cuenta Melania. Pero el destino no se puede evitar… Al año siguiente ya eran pareja.
Cuando en enero de 2017 Melania Trump se convirtió en la primera dama de los Estados Unidos, muchos le recordaron ciertos hechos desagradables que la esposa del multimillonario con gusto habría borrado de su biografía.
Anteriormente ya publicamos un artículo sobre la transformación del estilo de Melanie Trump en el camino hacia el título de la primera dama de los Estados Unidos. ¿Y de qué se arrepiente ahora?
Hermanastro en Eslovenia
Denis Cigelnjak es mayor que Melania durante 4 años. Él trabaja como electricista en la ciudad eslovena de Hrastnik. Durante mucho tiempo no se hizo sentir, pero después de las elecciones presidenciales en los Estados Unidos, felicitó públicamente a su hermanastra por la victoria de su esposo.
Ahora Denis ofrece entrevistas a la prensa europea, soñando con conocer a Melania en vivo.
El primer hombre «sin pelos en la lengua»
Sobre los «amorillos» antes de Donald Trump, hasta hace poco no se sabía absolutamente nada. Pero recientemente, un ex de Melania «abrió el corazón» a los periodistas. Yuri Zorkish, que ahora sigue viviendo en Eslovenia, dijo que él fue el primer hombre en su vida, y también confirmó indirectamente que su ex no rehusaba cirugías plásticas.
Talk-show eróticos
Por primera vez, Donald Trump admitió abiertamente que está enamorado de Melania en un talk-show a Howard Stern, un escandaloso presentador de radio. Sin lugar a dudas, la misma confesión fue tierna y memorable para la joven modelo. Pero luego Howard comenzó a interrogar a Melania sobre los detalles de su vida sexual. Sus revelaciones de entonces, Melania de seguro querrá olvidarlos.
Cirugías plásticas
La esposa de Trump ha declarado en repetidas ocasiones que jamás ha acudido a los servicios de cirujanos plásticos, y que planea envejecer dignamente. Sin embargo, los expertos dudan de sus afirmaciones y comentan que la ex modelo, al menos, realizó aumento de senos, estiramiento facial y rinoplastia.
Diferencia en la edad con el marido
Donald Trump es 24 años mayor que su bella esposa. Por cierto, el primogénito del presidente es solo siete años más joven que Melania.
Fotos desnudas
Además de adornar portadas de tan prestigiosas revistas como Vogue y Elle, Melania posó desnuda para las ediciones masculinas de Max (en 1996) y GQ (en 2000).
El mismo Donald Trump defiende a pie de letra a su amada: «Mi esposa es muy atractiva, y mostrar sus encantos frente a las cámaras es parte del trabajo de una modelo».
Muchos son los que llaman a Melania Trump «la primera dama más sexy de los EE.UU». Otros la consideran tan elegante como Jacqueline Kennedy.