La tripulación del submarino HMS Vigilant fue sacudida por "uno de los mayores escándalos sexuales y de drogas" de la Marina británica.
Nueve soldados y comandantes británicos fueron expulsados del submarino nuclear HMS Vigilant después de que una investigación por mal comportamiento sexual revelara que consumieron cocaína mientras estaban en servicio, informa 'The Daily Mail'.
El periódico califica los acontecimientos como "uno de los peores escándalos de la Marina británica". Los miembros de la tripulación del submarino, capaz de transportar hasta ocho misiles Trident con ojivas nucleares, están acusados de organizar fiestas con drogas mientras el Vigilant estaba atracado en EE.UU. Se informa también que uno de los tripulantes tuvo relaciones sexuales con una prostituta.
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Asimismo, se ha revelado que el segundo al mando del submarino, el teniente comandante Michael Seal, fue expulsado en medio de acusaciones de una relación extramatrimonial con la oficial de ingeniería, teniente Hannah Litchfield, quien también fue expulsada del submarino.
Por su parte, el capitán, el comandante Stuart Armstrong, también fue acusado de tener relaciones con la subteniente Rebecca Edwards. Ambos tuvieron que abandonar el servicio a bordo.
El almirante Philip Jones, primer lord del Mar y jefe del Estado Mayor Naval del Reino Unido, ha sido interrogado sobre el escándalo por el ministro de Defensa, Michael Fallon, que se mostró "furioso" al respecto. Philip Jones ordenó realizar pruebas obligatorias de detección de drogas en toda la flota submarina para "asegurarse de que se trató de un incidente aislado".