Una mujer fue a ver a su ginecólogo porque sentía un fuerte dolor en el abdomen y alrededor de la vagina, sin tener idea de lo que era el problema.
El médico pensó que podría ser un viejo tampón atrapado, alguna fibra o compresa higiénica.
Trató de desalojar el misterio bulto por un minuto o dos y luego llamó a una enfermera para traerle un par de pinzas y tijeras largas.
Cuando el médico sacó lo que pensó eran fibras de tampones, la paciente se dio cuenta de que el fajo de pelo parecía extrañamente como el color de su gato Donut.
Pero ¿cómo es que encotnraron esto en el cuerpo de la mujer? La explicación es tan simple como rara.
La mujer escribe:
“Mi teoría es que las sábanas son los culpables: No soy muy buena para hacer la cama todos los días y mis gatos Cricket y Donut tienen rienda suelta. Mi novio y yo no utilizamos protección a la hora de tener relaciones lo que sería fácil para él tener sin saberlo, un poco de pelo en su miembro y de esta manera se deslizaron los pelos dentro de la vagina.”
Con esto aprendemos que debemos mantener los gatos fuera de la cama (Para los perros, por supuesto, lo mismo se aplica)