Mientras estaba limpiando la casa encontró algo de su marido que la dejó destrozada

Todos sabemos que en el fondo lo que más deseamos es una relación de pareja larga, estable y amorosa.

Si es posible que nos dure toda la vida y que sea como se dice en las bodas “hasta que la muerte nos separe”, “en la salud y la enfermedad” ya que sería el escenario más ideal para cualquier persona que quiera vivir en conjunto con otra.

El ser humano es un ser biopsicosocial, eso quiere decir que dependemos de la relación con otras personas para así mantenernos en un óptimo estado de salud mental.

Y sí, la salud mental también es importante. No todo debe ser dietas de carbohidratos, vitaminas, minerales, proteínas y ejercicios de tonificación muscular, ya que nada hacemos con un cuerpo sano, cuando nuestra mente nos falla.

Y como ya sabemos que la salud de nuestra mente también es de vital importancia, es fundamental que a lo largo de las etapas de nuestra vida nos enfoquemos en hacer relaciones sociales, largas y placenteras mientras se pueda.

Porque todos sabemos que los problemas ocurren y las discusiones pasan. Pero toda relación se puede reconciliar hablando. Aunque siempre hay problemas que rompen con esa excepción.

Entérate de lo que decía la carta que un hombre le dejó a su esposa, la dejó destrozada

Para nadie es mentira que estar en una situación difícil con la persona con la cual compartes tu vida, es algo desagradable e incómodo. Primero porque siempre tienes en tu cabeza que al principio de la relación todo era maravilla, y deseas con todas tus fuerzas que eso se mantenga así.

Y segundo porque tener dos malhumorados en casa es horrible. Pero hay oportunidades donde los problemas no tienen nada que ver con la relación como tal de la pareja, sino con el estado de salud de uno de ellos.

No hay nada más difícil para una relación que atravesar por una enfermedad. A todos no se nos podría parte el corazón al saber que el ser que más amamos con todas nuestras fuerzas, esa persona con la cual queríamos pasar el resto de nuestras vidas y toda la eternidad, se vea afectada por una enfermedad que amenace su vida o su integridad como persona.

Algo así desgraciadamente tuvo que vivir esta pareja joven, Edward y Helen. Edward fue diagnosticado con Alzheimer y Helen ha tenido que lidiar con la enfermedad de su esposo, con todo el amor y dedicación que puede tener una pareja.

Un día mientras Edward estaba afuera de la casa, Helen se encontraba limpiado y en una de las mesas al lado de su cama encontró la siguiente carta. Prepara tus ojos porque vas a llorar.

Para mi adorada esposa Helen:

La que pasa horas escribiendo carteles para que no me pierda en mi propia casa, aprovechando que ahora te encuentras dormida y luces tan bella como el día que te conocí.

Quiero decirte en esta carta, por si acaso ya mañana no pudiera recordar  tu rostro y que sea yo el hombre que olvide cuanto te ama, que me lleno de miedo por saber que eso pasará en cualquier momento, algún día mi mente ya no regresará de ese ir y venir de pensamientos y definitivamente ya no sabré que es lo que pasa a mi alrededor, incluso tal vez pronto tenga que partir, pero antes de que lo olvide todo quiero que sepas cuanto es que te amo, que desde el primer momento que te miré en la feria del pueblo me enamoré de ti, que admiro verdaderamente la fuerza con la que luchas a mi lado y lo hábil que has sido para enamorarme en tantas ocasiones y con la misma fuerza que la primera vez, que nunca te has rendido y eso mi amor, no sabes cuánto lo admiro, he amado las locuras que has hecho a mi lado, como la vez que nos pusimos los zapatos al revés, recuerdo que nos dolieron tanto los pies pero aun así reímos a carcajadas, en esos momentos en los que he olvidado cosas tan simples siempre buscaste la manera de hacerme sonreír. ¡Gracias!

Gracias por completar las frases en las conversaciones que sostenemos, en las que en muchas ocasiones me pierdo, pero sobre todo gracias por recordarme siempre que formamos una hermosa familia en la que tengo muchos nietos que, aunque en ocasiones olvido alguno de sus nombres, tú te encargas de soplarlos a mi oído con gran dulzura.

Gracias por ser mi fuerza, por sostenerme, por no dejar que me rinda ni rendirte, gracias por calmarme, por comprenderme y cuidar de esta manera tan entera de mí.

Sólo por si mañana ya no soy capaz de recordar y llegó olvidar todo lo que somos, recuerda mi amada que te amo muchísimo, aun cuando el día de mañana olvide tu nombre o el mío, Helen ¡gracias!, por si el día de mañana ya no puedo decírtelo, siempre recuerda que te amaré hasta mi último respiro e incluso, más allá de la muerte.

Siempre tuyo, Edward.

Bellísima, ¿verdad? Yo lloré por horas al leerla. Es una linda reflexión. No olvides compartirla con tus familiares y amigos.

Te podría interesar

Deja tu comentario