Pedro J. Torres: Transformemos los ambientes obesogénicos en ciudades saludables

Cifras suministradas por el Estudio Aladino, realizado en España por la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan) del Ministerio de Sanidad, indican que el 41% de los niños españoles sufren de sobrepeso u obesidad, condición generada por vivir en lo que se ha denominado como ambientes â??obesogénicosâ?, es decir, un entorno dominado por una dieta rica en calorías y una baja actividad física. Tal situación reta a los planificadores urbanos, arquitectos, ingenieros, constructores, a impulsar el concepto y diseño de â??ciudades saludablesâ?, comenta la Fundación Torres-Picón.

Ante tales circunstancias es necesario corregir estas condiciones, mediante la atención temprana, y la creación y multiplicación de â??ciudades saludablesâ?, recomienda y expresa con toda precisión la doctora Amparo Rodríguez Sánchez, jefa de Endocrinología Pediátrica del Hospital Universitario HM Montepríncipe. No obstante, manifiesta la especialista, lamentablemente la realidad es diametralmente opuesta a este concepto, ya que el formato actual se basa en lo que denomina â??ciudades dormitorioâ?: altos edificios de apartamentos, sin áreas verdes ni zonas de recreación, que limitan la actividad física de los niños y les imponen la necesidad de trasladarse a la escuela, al parque o a cualquier otro espacio público en automóvil o autobús.

En contraposición, el concepto de â??ciudades saludablesâ? supone la transformación de los espacios urbanos en entornos apropiados para el desarrollo del ejercicio físico, y a la vez, propicios para la adopción de hábitos de alimentación saludables que permitan la prevención de la obesidad infantil. Este concepto implica trabajar en tres áreas simultáneamente: la primera es el rediseño de la ciudad para incrementar el número y extensión de los espacios al aire libre.

La segunda se refiere al ambiente escolar y a la disposición de instalaciones adecuadas para el desarrollo de actividades deportivas, además de promover la creación de comedores escolares que ofrezcan al alumnado una alimentación saludable.

La tercera está relacionada con la intervención en el entorno urbano inmediato, vale decir, el vecindario, el barrio, y se refiere a la programación de actividades de educación física y deportes vecinales, favorecidas por la ampliación y mejoramiento de las áreas de juego y rutas de desplazamiento que fomenten las caminatas y el uso de bicicletas.

La doctora Rodríguez destacó igualmente la importancia de la promoción de estilos de vida saludables en el niño y el adolescente, que incluyen la formación de hábitos de alimentación adecuados, y el estímulo de la actividad física, a través de la educación y el ejemplo, tanto en la escuela como en el hogar.

Expresó la experta, â??las épocas del ciclo vital del niño que son las más proclives a adquirir sobrepeso y obesidad son la etapa preescolar y la adolescencia â?¦ â?.

Para el presidente de la Fundación Torres-Picón, Pedro J. Torres, dedicada a labores preventivas de la obesidad entre niños y niñas, es indispensable insistir en la formación de conciencia respecto a la enfermedad y sus secuelas. Esto debe hacerse en el hogar y también en las escuelas. Es responsabilidad tanto de los padres y representantes, como de los maestros y profesores. Hay que trabajar lo individual, así como lo colectivo. Torres subraya que el control y disminución de ésta enfermedad produciría a su vez el descenso de muertes prematuras en todo el mundo. Y combatir los denominados ambientes o espacios obesogénicos puede ser una útil e importante contribución. Los arquitectos, ingenieros, constructores, deben impulsar decididamente el concepto y diseño de â??ciudades saludablesâ? en todas partes, concluyó.

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