Su mamá fallece y la hija observa con atención que le pone la mano a su papá. Una historia de amor

El amor existe. Tal vez ni una pizca de parecido a lo que nos intenta vender Disney, pero está ahí afuera, sólo hay que ser suficientemente paciente para encontrarlo.

Esta pareja podría ser un caso extraordinario de amor verdadero, aquel al que aspiro a encontrar.

Cuando su esposa de 69 años muere, la hija inmediatamente dice “mira la mano de papá”. No puedo dejar de llorar. Creo que todos hemos visto alguna película de amor alguna vez en nuestra vida.

Pero, antes de que siga, puedo afirmar que el amor verdadero existe. Esta pareja es el fiel retrato de ello. Conoce a la bella pareja Teresa e Isaac Vatkin. Teresa e Isaac se conocieron en una fiesta cuando vivían en Argentina. Dos años más tarde, estaban comprometidos.

Pasaron 69 años como una pareja felizmente casada. Se mudaron a Estados Unidos en los años 60′ y tuvieron tres hijos.

Aunque la salud fue lo que más falló en su relación, no por eso dejaron de amarse. Es más, eso los fortaleció.

“Cuando Teresa desarrolló la enfermedad de Alzheimer, Isaac, que estaba en sus 80 años, aprendió a usar una computadora para poder investigar la condición y posibles curas.

Estaba desesperado por ayudar a su esposa y combatió obstinadamente a sus hijos cuando sugirieron que Teresa se mudara y recibiera atención especial. Después, finalmente cedió, pero la visitó todos los días, todavía queriendo cuidarla“.

Eso señores, es amor del bueno.

En abril de 2017, Teresa de 89 e Isaac de 91 terminaron en el hospital con diferentes condiciones. Los médicos del Hospital pusieron sus camas uno al lado del otro, y los miembros de la familia colocaron la mano de Isaac sobre Teresa.

Su respiración era poca y entrecortada; el tiempo se les estaba acabando. De pronto Teresa abrió los ojos, unos preciosos ojos azules, miró a sus hijos y falleció.

La cama de Teresa se alejó. Y cuando sus manos se separaron, su hija, Clara, notó algo extraño en el pecho de su padre. Al instante se volvió plano, casi como que se le fue la vida misma cuando sus manos se separaron por última vez.

“En el momento en que él sintió que le quitamos la mano, fue capaz de decir ‘ok, terminé de protegerla. Puedo ir a su lado y descansar también” dijo su hijo Daniel Vatkin.

“Él era lo último en caballerosidad, irá al cielo y le abrirá primero la puerta a ella para entrar”.

Eso es lo que yo quiero para mi vida, un amor sincero y puro.

¿Qué piensas de esta bella historia? ¿Crees en el amor verdadero?

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