La persona más anciana del mundo, Misao Okawa, que el próximo 5 de marzo cumplirá 116 años, atribuye su longevidad a la costumbre de comer bien (le encanta el sushi de caballa) y que duerme al menos ocho horas, echándose ocasionalmente una siesta.
"Coma y duerma y vivirá mucho tiempo", relató la japonesa Misao Okawa a 'The Telegraph'. "Hay que aprender a relajarse", añade.
"La señora Okawa come tres grandes platos al día y duerme obligatoriamente ocho horas", comenta Tomohito Okada, jefe del asilo de ancianos donde Okawa lleva viviendo los últimos 18 años.
"Ella asegura que su comida favorita es el sushi, especialmente el de caballa con arroz cocido al vapor y con vinagre, y que lo come al lo menos una vez al mes", explica.
La esperanza de vida para una mujer japonesa es ahora de 85,9 años. Además, las mujeres representan el 87% de los casos centenarios de la nación. Un hombre japonés vive de promedio 79,6 años.
Los expertos atribuyen la longevidad japonesa al sistema de salud integral, el apoyo de la comunidad, al estímulo a permanecer físicamente activo hasta que son bastante mayores, a la sensación de ser parte de una familia y a una dieta saludable que, tradicionalmente, se basa en el pescado, el arroz, las verduras y las frutas.