Tanto hombres como mujeres pueden sufrir de várices. Las várices son venas inflamadas que se ubican por lo general en la parte posterior de las pantorrillas.
Casi siempre se forman cuando las válvulas venosas no permiten la correcta circulación de la sangre provocando dilataciones.
Afectan a personas de más de 50 años y se da más entre mujeres que entre hombres.
Cuando son notables, pasan a ser antiestéticas y como agravante, generan dolor y sensación de piernas cansadas.
Es importante tratarlas para prevenir el desarrollo de una flebitis o de complicaciones aún mayores.
Pero muchas personas han experimentado un alivio notable utilizando este remedio casero a base de tomates.
El tomate es casi indispensable en nuestra dieta y jamás falta en cualquier cocina.
Contienen casi un 94% de agua y altas dosis de licopeno que es una sustancia que previene problemas cardíacos y el cáncer de próstata en los hombres.
Es recomendado para los hipertensos, porque contiene bajos niveles de sodio, pocas calorías y muchos minerales.
Sin embargo, como beneficios alternativos, el tomate tiene semillas ácidas con efectos similares a los de la aspirina, de manera que mejora el flujo sanguíneo, principal problema de las várices y fortaleciendo los vasos sanguíneos.
¿Cómo curar las várices con tomates?
• Lava bien 2 o 3 tomates verdes medianos y córtalos en rodajas de ½ cm aproximadamente.
• Coloca las rodajas sobre las várices y sobre las “arañitas”.
• Vendar para mantenerlas en su lugar.
• Cuando comiences a sentir un hormigueo en la zona y luego un leve ardor, es momento de retirar la venda y los tomates.
• Enjuagar con agua fría.
• Repetir el tratamiento 5 veces al día y notarás que de a poco va cediendo la inflamación, el dolor y las propias várices.
Consejos que ayudan:
- Hacer actividad física.
- Bajar de peso.
- No cruzar las piernas al sentarse.
- Mantener las piernas elevadas al momento de descansar.
- No utilizar ropa apretada en la zona de várices.
- No permanecer demasiado tiempo sentado o de pie.