Llamamos mala circulación sanguínea a la dificultad que presenta la sangre para fluir dentro de los vasos sanguíneos. Esta dificultad trae aparejadas muchas complicaciones en el organismo y daña los órganos vitales del cuerpo poniéndonos en serio peligro.
Muchas personas en todo el mundo sufren de circulación sanguínea deficiente y es uno de los desafíos más comunes a los que se enfrenta la ciencia.
Una de las principales causas de esta deficiencia circulatoria es la obstrucción de las arterias que impiden el normal flujo de sangre haciendo que este se vuelva lento e impidiendo que llegue de manera adecuada a todos los órganos, lo que genera que estos se vean afectados.
Esta obstrucción se debe al aumento de colesterol y grasas dentro de las arterias que van taponando las paredes y no dejan que la sangre irrigue de manera natural.
Es así como se forman los coágulos a los que se denomina trombos. Si por ejemplo, alguno de estos trombos obstruye una arteria que está unida al corazón, la sangre que no recibe puede provocar un infarto de miocardio.
Otras consecuencias pueden ser: hipertensión, accidentes cerebro vasculares, daño renal, flebitis, arterioesclerosis, aneurismas y problemas cardíacos.
¿Cómo saber si sufrimos de mala circulación?
En ocasiones una circulación sanguínea deficiente no presenta síntomas, algo que la vuelve aún más riesgosa porque desconocemos nuestra condición y en consecuencia no recibimos tratamiento, pero cuando se manifiesta, debemos estar atentos a los siguientes síntomas:
- Dolor intenso en el pecho: un dolor similar a la opresión en el pecho que se extiende por más de 20 minutos puede ser una señal de advertencia de que un infarto se aproxima. Este dolor puede hacerse extensivo al cuello, brazos, mandíbula y espalda.
- Vómitos.
- Hormigueo en extremidades.
- Sudoración excesiva.
¿Qué factores pueden propiciar una mala circulación?
- Enfermedades cardíacas.
- Hipertensión.
Cabe destacar que esto afecta particularmente a los hombres, pero a los 60 años, los riesgos se igualan en ambos sexos.
¿Cómo normalizar la circulación sanguínea?
Si bien la medicina convencional ofrece muchas alternativas, es importante tener en cuenta que en todos los casos lo que estamos ingiriendo son fármacos que en mayor o menor medida presentarán efectos secundarios. A pesar de que la consulta con un profesional especialista no debe descartarse, queremos recomendarte algunos remedios y trucos caseros que pueden ser un complemento para tratar tu problema circulatorio.
- Infusión de hierbas: las mejores hierbas para mejorar la circulación sanguínea son el sauce, el diente de león y la cola de caballo. Asimismo, el ajo, el jengibre y el ginkgo biloba pueden brindarte los mismos efectos.
- Bebe por lo menos 2 litros de agua al día.
- Incluye una porción obligada al día de frutas, verduras y hortalizas; preferentemente crudas.
- Sabemos que te gusta el café, pero trata de reducir las cantidades; es por tu bien. Lo mismo para el té.
- Evita el exceso de alcohol.
- Dile no al sedentarismo: la inactividad es enemiga de la buena salud. Sabemos que practicar algún deporte o al menos hacer un poco de actividad física es beneficioso para el organismo en general y para la circulación en particular. Si tienes un trabajo muy sedentario, una vez por hora procura tomarte 5 minutos para extender las piernas y caminar. ¡No dejes de estar en movimiento!
- Reduce la ingesta de grasas: los alimentos procesados o demasiado condimentados no aportan calorías saludables y perjudican nuestra salud. Elige comer sano.
- Cambia tu aceite habitual por aceites más saludables como el aceite de oliva o los aceites de pescado que incluyen Omega 3.
- ¡No fumes! Sabemos que el tabaco no aporta ningún beneficio y afecta tu sistema circulatorio. Intenta abandonar este nocivo hábito.
- La vieja bolsa de agua caliente: aunque suene arcaico, te recomendamos utilizar una bolsa de agua caliente para mantener templados los pies cuando descanses o cuando duermas. Esto te ayudará a activar la circulación en todo el cuerpo.
- Relajación: debemos tomar en consideración el factor estrés que está presente en casi todas las enfermedades. Intenta relajarte, escuchando música o haciendo alguna actividad que disfrutes.
Esto levantará tu ánimo y reducirá tus niveles de estrés.