Redacción Internacional.- Cuando las mujeres empezamos a usar maquillaje nos damos cuenta de que después nos será muy difícil dejar de utilizarlo.
Sin embargo, aunque en algunos momentos nos falte tiempo o nos dé pereza, nos hemos acostumbrado a mejorar el aspecto de nuestro rostro y ya no somos capaces de vernos con ojeras, arrugas, manchas o imperfecciones.
En este artículo te damos algunos trucos para evitar de vez en cuando el maquillaje y conseguir que nuestro rostro luzca natural y radiante.
Maquillaje sin tóxicos
Existen muchos tipos de maquillaje. Por este motivo, a la hora de elegirlo, deberíamos optar por los de más calidad.
No obstante, nos referimos solamente a la calidad en cuanto a resultados sobre nuestra piel, sino a que sea lo más natural posible, libre de metales pesados, conservantes u otras sustancias tóxicas.
Cada vez hay más marcas de maquillaje que se decantan por ingredientes más naturales y saludables para nuestra piel, teniendo en cuenta que estos penetrarán a través de los poros para llegar al torrente sanguíneo.
Los pintalabios sin plomo o esmaltes de uñas sin formaldehídos son algunos ejemplos de esta nueva cosmética libre de tóxicos que nos da mucha más confianza.
Los trucos de las abuelas
¿Y qué hacían las mujeres cuando no existía el maquillaje que tenemos hoy en día?
Recurrían a productos caseros como alimentos o hierbas con efectos sorprendentes, así como algunos consejos que se transmitían de madres a hijas como el secreto mejor guardado.
Hoy en día recuperamos estos trucos porque son baratos y efectivos, y nos permiten prescindir de vez en cuando del maquillaje y tener más tiempo para otras cosas.
Automasaje rápido
Lo que más nos cuesta aceptar es nuestro rostro dormido y apagado por las mañanas. Para darle un aspecto despierto y luminoso, lo primero que podemos hacer es activar la circulación.
Esto lo conseguiremos realizándonos un automasaje con las dos manos, justo después de lavarnos la cara con agua fría.
Empezaremos con suavidad, desde el cuello hasta la raíz del pelo en la frente.
Continuaremos con un poco más de intensidad, realizando círculos e insistiendo por la zona de las mejillas y alrededor de los ojos.
Al momento podremos notar una sensación muy agradable.
Limpieza de rostro con vegetales
Si solemos tener puntos negros o granos que necesitamos camuflar con maquillaje, podemos acostumbrarnos a hacernos una limpieza rápida de cutis con alguna fruta o verdura.
La piña, la manzana, la fresa, el pepino o el tomate son excelentes opciones.
Solamente tenemos que pasarnos un trocito por la piel, esperar un minuto que se seque y volvernos a lavar la cara.
Además de prevenir impurezas de manera económica y natural, también ganaremos suavidad y luminosidad.
Patata para las bolsas
¿Te despiertas con los párpados hinchados y bolsas debajo de los ojos? Esto da un aspecto muy cansado al rostro y nos hace parecer mayores. Aunque los productos antiojeras nos ayudan a disimularlas, aquí te proponemos algo rápido, natural y eficaz.
Cortaremos dos rodajas de patata cruda y nos las pasaremos por toda la zona. Si tenemos tiempo, nos podemos tumbar boca arriba, con las rodajas encima de los ojos cerrados, durante unos minutos.
Un cubito para tonificar
Otra manera de revitalizar el rostro y darle firmeza consiste en coger un cubito de hielo y usarlo para masajearnos el cutis, insistiendo sobre todo en las zonas que notemos más inflamadas o apagadas.
Justo después aprovecharemos para aplicarnos nuestra crema hidratante habitual.
Pellízcate las mejillas
¿Quieres un efecto inmediato para sonrojarte las mejillas y conseguir un aspecto radiante? Pellízcatelas un poco. Aunque el efecto es poco duradero, lo puedes repetir cuando necesites causar una primera impresión más llamativa.
Será como si usaras un colorete de lo más natural.
Mordisquéate los labios
A los labios también podemos darle un color más fuerte y natural aprovechando cualquier momento que tengamos para mordisquearlos un poco, con suavidad.
Si lo que queremos es darles más volumen, podemos aprovechar algunos minutos que tengamos para hacer un sencillo ejercicio:
Solamente tendremos que meter los labios en la boca todo lo que podamos, apretarlos y, a continuación, sacarlos hacia afuera, “haciendo morritos”. Lo repetiremos varias veces.