El amor a primera vista no suele ir más allá de una ilusión por alguien que no conocemos y al que idealizamos, ya que dispara nuestros sentidos como una inyección de adrenalina
¿Notas ese nerviosismo que recorre tu cuerpo? No puedes controlarlo: sin saber por qué, empiezas a transpirar.
Incluso parece que revolotean mariposas en tu estómago. Has experimentado el amor a primera vista.
Algunos lo denominan flechazo y no podría haber definición más acertada. El amor a primera vista surge sin aviso, de forma instantánea y de manera inesperada.
No conoces de nada a la persona que te está provocando todas estas sensaciones. Sin embargo, te hace sentir cosas muy profundas. ¿Existe el amor a primera vista o es solo una ilusión?
El flechazo romántico
No se puede considerar el amor a primera vista como un amor platónico. Y es que este surge de forma espontánea con un simple cruce de miradas o un roce en un lugar lleno de gente.
En cualquier momento puede sucederse este flechazo romántico que nos deja prendados. Sin saber por qué, deseamos conocer y acercarnos a la persona que nos ha hecho sentir tantas cosas a la vez.
Hay personas que creen que esta es una mera atracción física, y así es.
No obstante, también existe una gran conexión, mucho más profunda, que se produce aún sin conocer a esa persona, solo rozándola o mirándola.
Es algo más espiritual que no tiene explicación. Tan solo pueden hablar nuestros sentimientos y emociones que en ese momento afloran sin control alguno.
Tampoco debemos confundir el amor a primera vista con el amor maduro o auténtico. Este último solo puede producirse cuando conectas con la otra persona y la conoces no solo a nivel físico, sino también emocional.
Pero… ¿cómo saber si estamos ante el amor a primera vista? Para eso, hay diversas señales que te pueden ayudar a comprender qué te está pasando.
¿Qué siento ante el amor a primera vista?
Sudor y nerviosismo
Si estás ante un flechazo romántico, tu temperatura corporal empezará a aumentar fruto de un nerviosismo que se incrementa cuanto menor sea la distancia con la persona deseada.
Te sentirás muy inseguro e incluso sobrepasado por la situación. De repente, estarás muy torpe y, si eres de los que se ruborizan, tu cara pasará a tornarse del color de un tomate.
No serás capaz de actuar de forma natural ni tampoco de hablar como lo haces normalmente. Quizás tu tono de voz sea más agudo o digas cosas sin sentido.
Te abordan pensamientos de todo tipo
En el momento en que todas las sensaciones anteriores te abordan, empezarás a pensar en cómo se llama esa persona, si tendrá pareja, si se habrá también fijado en ti, si le estará pasando lo mismo que a ti…
En el caso de que no hayáis podido acercaros ni entablar conversación alguna, te irás a casa pensando en si la volverás a ver e incluso te lanzarás a imaginar un posible encuentro e inicio de conversación para conocer a esa persona que te ha trastocado.
No podrás dejar de pensar en esa persona
Pasarán varios días y seguirás recreando en tu mente ese momento en el que te lo encontrarás o en el que volváis a coincidir casualmente.
De repente, verás que te quedas ensimismado mientras estás entre tu grupo de amistades o que sonríes sin motivo alguno.
Cuando te das cuenta, te sientes un poco “tonto“.
Al final, llegarás a la conclusión de que fue una tontería obsesionarte y ocupar tus pensamientos con esa persona que no sabes ni como es.
Hasta que quizás te la encuentres y, entonces, todo empiece de nuevo. Quién sabe qué podrá surgir si te animas a hablar con ella…
El amor a primera vista es un momento en el que recibimos una inyección de adrenalina que dispara nuestros sentidos. Sin embargo, esto no significa que sea el preliminar de ninguna relación ni amor auténtico.
No obstante, en ocasiones, si todo fluye y resulta que hay posibilidades de conectar a nivel emocional con la otra persona, puede que surja algo más.
En el territorio del amor todo es impredecible. ¿Alguna vez has experimentado el amor a primera vista?
Fuente: Mejoraconsalud
