"Uno tiene que rellenar los huecos de la historia con la poca información que tiene y lo más sano a veces es rellenar los huecos con un 'no sé'". Tenemos la idea de que cuando se termina un año, el que viene será, mágicamente, maravilloso.
Sí, porque todo lo malo; nuestros errores, tropiezos y fracasos, se quedarán allí como un baúl con candado. Pero, ¿qué pasa si no le echamos doble llave y de pronto alguien o algo lo abre?
Escuchamos a todo mundo repetir "cierra ese ciclo", pero a qué rayos se refieren y cómo se hace, porque nadie nos dice eso.
Cerrar un ciclo es finiquitar o dejar en paz algo que pareciera que nos atormentará por el resto de nuestras vidas por no contar con las respuestas o las certezas que consideramos necesarias. Es decir, se percibe como algo pendiente
Entonces, creemos que algo mágico pasará el 31 de diciembre. Sin embargo, de acuerdo con Mario Guerra, tanatólogo y psicoterapeuta, es necesario declarar lo que queremos que se termine y no dejarle todo al "destino".
De hecho, estadísticamente, enero es el mes en el que más truenes de pareja se realizan. Lo malo es que en muchas ocasiones tenemos la falsa idea de que necesitamos sentarnos con nuestro ex para hablar y obtener respuestas claras sobre lo que pasó y así poder "cerrar el ciclo".
Nada más alejado de la realidad. Los cierres no son necesarios, pero sí brindan mucha paz interior. Es muy probable que la otra persona ya haya cerrado el ciclo, incluso sin ti.
"No necesitamos a la otra persona, cada uno resuelve su vida", comenta el terapeuta.
3 maneras de cerrar un ciclo:
1. Acción: hacer algo que marca el final de lo pendiente y libera de la ambigüedad.
Ejemplos: Hablar con alguien; renunciar a un trabajo, firmar un divorcio, dejar de pelear por algo en un juicio.
2. Declaración: En este caso, se realiza una declaración personal (a veces compartida con otros) de que algo ya se terminó.
Ejemplos: “Ya, no voy a pelear más esta herencia”, “Voy a dejar de buscar a mi ex para que me dé una explicación; quiero vivir en paz”, “Ya no voy a seguir invirtiendo mi vida en aprender a tocar la gaita, no me es fácil y ya lo dejo por la paz”.
3. Ritual: Una combinación de los anteriores.
Se declara que se quiere terminar o dejar por la paz algo y se hace un acto simbólico que marque el final.
Ejemplos: Se escribe una carta que no se envía, se quema una foto, se entierra un objeto significativo.
La idea es que se integre la pérdida a nuestras vidas. "Uno tiene que rellenar los huecos de la historia con la poca información que tiene y lo más sano a veces es rellenar los huecos con un 'no sé'. No se necesita claridad y certeza absolutas para poder hacer un cierre", finaliza Mario Guerra.
Cerrar un ciclo no es sinónimo de "borrón y cuenta nueva", quedan aprendizajes y cicatrices, sabemos lo que ya no queremos en nuestra vida y lo que ya no nos podemos permitir. Se trata de un puente que une pasado con futuro.
Fuente: sdpnoticias