Niveles bajos de vitamina D también aumentan el riesgo de cáncer de vejiga

En ausencia de vitamina D no se activa la respuesta inmune por parte de las células transicionales de la vejiga urinaria

Cada día hay más evidencias sobre la importancia de mantener unos niveles adecuados de vitamina D. Y es que entre otras muchas funciones, la vitamina D regula los niveles de calcio y fósforo en el organismo.

Tal es así que su deficiencia aumenta el riesgo de desarrollo de numerosas enfermedades, caso entre otras de la esclerosis múltiple, la diabetes tipo 2 o la migraña.

Es más; como muestra un nuevo estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Warwick (Reino Unido), tener unos niveles bajos de vitamina D también incrementa la probabilidad de padecer un cáncer de vejiga.

Como explica Rosemary Bland, directora de esta investigación presentada en el marco de la Conferencia Anual 2016 de la Sociedad de Endocrinología de Reino Unido (SfE) que se está celebrando en Brighton (Reino Unido), «aún necesitamos más estudios para evaluar esta asociación, pero los resultados de nuestro trabajo sugieren que unos niveles bajos de vitamina D en sangre pueden impedir que las células de la vejiga respondan de forma adecuada a las células anómalas».

Menores niveles, mayor riesgo

Para llevar a cabo su estudio o metanálisis, los autores revisaron los resultados obtenidos en siete ensayos clínicos en los que se evaluó la posible asociación entre los niveles de vitamina D y el riesgo de desarrollar un cáncer de vejiga.

Y según las conclusiones, parece que la relación está bastante clara: en cinco de los siete trabajos se observó de forma rotunda que la deficiencia de esta vitamina aumentaba el riesgo de aparición del tumor.

Posteriormente, los investigadores emplearon un cultivo de células del epitelio de transición –esto es, el tejido que recubre las vías urinarias– de la vejiga y observaron que la vitamina D juega un papel fundamental a la hora de activar estas células para que, entre otras funciones, activen el sistema inmune.

O dicho de otro modo, en ausencia de vitamina D no hay respuesta inmune por las células que conforman la capa de células transicionales que recubre la vejiga.

Como indica Rosemary Bland, «este hallazgo es importante porque el sistema inmune puede jugar un papel esencial en la prevención del cáncer al identificar a las células anómalas antes de que den lugar a la formación del tumor».

Revertir la ‘oscuridad’

En definitiva, los niveles deficientes de vitamina D se asocian con un mayor riesgo de cáncer de vejiga, tipo de tumor del que cada año se diagnostican en nuestro país en torno a 12.200 nuevos casos –sobre todo en varones, en los que se detectan hasta 10.700 de los nuevos tumores anuales, siendo el de vejiga el cuarto tipo de tumor más frecuente en la población masculina.

En este contexto, debe recordarse que la primera fuente vitamina C es la luz solar, así como que resulta muy difícil lograr unos niveles adecuados de esta vitamina a través solo de la dieta.

Un aspecto que, si bien quizás no sea tan importante en España y otros países que disfrutan de unas buenas cantidades de luz solar, debe ser tenido muy en cuenta en otras regiones ‘más oscuras’ del planeta.

No en vano, como advierten los autores, el 60% de los adultos británicos tiene niveles bajos de vitamina D, y hasta un 20% presenta una deficiencia de esta vitamina.

La buena noticia es que, como concluye Rosemary Bland, «la vitamina D no solo es segura, sino también barata, por lo que su posible empleo para la prevención del cáncer es emocionante y podría tener un impacto, cuando menos potencial, en las vidas de muchísimas personas».

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