El dolor de cuello y hombros es muy común y suele generar rigidez, contracturas o molestias. En la mayor parte de los casos, las causas hay que buscarlas en nuestra rutina de todos los días: estos dolores pueden desencadenarse por una mala postura, tensiones, debilidad muscular, estrés o la permanencia durante mucho tiempo frente al ordenador.
En esta nota podrás aprender cómo hacer un truco para calmar el dolor en pocos minutos, sin recurrir a ningún fármaco.
Esta técnica consiste en aplicar una presión firme con tu pulgar o con la punta de los dedos sobre el punto en el que sientes dolor durante 3 minutos. En la zona que sientes molestia seguramente tienes un nudo apretado de fibra muscular tensa. La presión ayudará a aliviarlo y a relajar toda la zona.
Puedes acompañarlo además con un masaje suave que te ayudará a liberar las tensiones que estás cargando de más. Para ello, comienza masajeando el cuello con el pulgar y el dedo índice, presionando suavemente los músculos que se extienden desde la base del cráneo hasta los hombros. También puedes utilizar con delicadeza tus nudillos para trabajar toda el área, y complementar con un masaje en el cráneo y la frente con las yemas de tus dedos.
Para hacerlo puedes utilizar, además, una crema de enebro o árnica, que actuará desinflamando la musculatura de manera natural.
Nota: Si percibes que el dolor persiste y se vuelve más intenso o tienes otros síntomas, no dejes de consultar a tu profesional de confianza.
Aplica calor
Utilizando una almohadilla térmica o una bolsa de agua caliente, o simplemente duchándote, podrás ayudar a aliviar el dolor y relajar los músculos. También puedes realizar una compresa mojando una toalla en agua caliente, escurriéndola y colocándola sobre la nuca y los hombros con cuidado de no quemarte.
Cambia tu postura a dormir
Prueba cambiar tu postura al descansar. Evita dormir boca abajo o con muchas almohadas. Elige siempre, además, un colchón rígido.
Siéntate bien
Utiliza una silla que le brinde un soporte amplio para tu espalda y cabeza, y siéntate con la espalda erguida bien apoyada sobre el respaldo.
Evita el exceso de peso
No lleves mucho peso sobre tus hombros (¡esto vale también para las emociones!)
Nivela el monitor de tu PC
Procura que el monitor de la computadora que utilices esté nivelado según la altura de tu rostro para que no tengas que forzar el cuello cuando la utilizas.
1. Parado o sentado de manera recta, mueve tu cabeza hacia un lado y luego hacia el otro, muy suavemente.
2. Acerca tu mentón hacia el pecho, como si quieras tocarlo. Hazlo de manera muy lenta y con cuidado.
3. Cruza tus manos por detrás de la cabeza y deja que el peso te acerque el mentón al pecho. Sube de a poco, muy lentamente, colocando vértebra por vértebra en su lugar. Quita las manos una vez que te hayas incorporado por completo.
4. Acerca la cabeza a un hombro (manteniendo éste bajo, en la línea de tu espalda) y tómate la coronilla con la mano de ese mismo lado para estirar el cuello. Puedes también, mientras lo haces, estirar la mano contraria con los dedos hacia el piso.
5. Siéntate con la espalda bien pegada a un respaldo. Exhalando, baja de a poco tu cabeza y tronco sin despegar la lumbar del respaldo. Vuelve muy lentamente.
Fuente: http://www.labioguia.com