El cáncer más mortífero

El cáncer de pulmón tiene el más alto índice de mortalidad entre los distintos tipos de tumores. Esto a pesar de no ser el más frecuente.

¿Por qué es tan mortífero? Porque, según el oncólogo costarricense Carlos Zúñiga, en más del 80% de los casos el diagnóstico se hace de forma tardía.

“La mayoría de los pacientes llega en etapa tres o cuatro”, informa el presidente de la Asociación Costarricense de Oncología Médica.

En oncología -explica- mientras más temprano se haga el diagnóstico, más probabilidad de sobrevivencia. Detectado el cáncer en estadio I o II, cerca del 80% de los pacientes está vivo cinco años después. Detectado en fase IV, la etapa más avanzada, solo alrededor del 5% estaría vivo tras cinco años a partir del diagnóstico.

“Ahí se ve la agresividad del tumor y la importancia del diagnóstico temprano y de hacer cambios en los estilos de vida”, dice Zúñiga.

 Señales de alerta
 Falta de aire, tos crónica, flema o esputo con rastro de sangre, dolor en el tórax y pérdida de peso sin causa aparente son manifestaciones de cáncer de pulmón tanto en estadio temprano como avanzado. 

El cáncer pulmonar
Para prevenir el cáncer de pulmón la medida más importante es evitar el uso de cigarrillo. Si una persona ya fuma, debe abandonar el hábito.

El tabaquismo produce cáncer de pulmón, así como otros tipos de problemas oncológicos.

“El cáncer de cavidad oral, faringe, el de laringe, vejiga y páncreas se han asociado con el hábito de fumar”, dice el oncólogo costarricense Carlos Zúñiga.

Las personas que fuman tienen que respetar el espacio de aquellas que no comparten su hábito. Los fumadores pasivos, que no fuman pero inhalan el humo que expiden los fumadores, pueden sufrir cáncer pulmonar.

Compete a los gobiernos -y no solo a los individuos- velar por la creación de leyes que prohíban o restrinjan el uso de tabaco en espacios públicos.

Diversos estudios, afirma Zúñiga, asocian la contaminación ambiental y el humo de los vehículos de motor con el cáncer de pulmón.

Otro factor de riesgo lo constituyen sustancias como el amianto y el arsénico. Por eso, exhorta el médico, las empresas deben proteger a los empleados que, por el tipo de tareas que realizan, se exponen a esas sustancias.

Zúñiga remarca la importancia de la prevención, pues el cáncer de pulmón se presenta en la mayoría de los casos por factores externos o por hábitos dañinos. El riesgo hereditario “en sí es muy poco”, asegura.

Diagnóstico
Para detectar a tiempo el cáncer pulmonar, el paciente con factores de riesgo tiene que prestar atención a los síntomas de alerta.

Los síntomas incluyen falta de aire o disnea, tos crónica que no se mejora con medicamentos y esputo o flema con rastros de sangre.

“Casi siempre un paciente que tenga un sangrado va a consultar inmediatamente porque se va a asustar”, comenta el médico.

Sería preferible, sin embargo, que la persona no esperara a que aparezcan gotas de sangre en la flema, sino que consultara a su médico desde que note la tos persistente.

El médico examina al paciente para determinar que lesión o patología causa la molestia.

¿Otros síntomas de alerta? Dolor en la cavidad torácica (puede presentarse tanto del lado derecho como del izquierdo), pérdida de peso sin causa aparente y fatiga.

“Igualmente estos síntomas podrían tenerlos pacientes con enfermedad temprana o enfermedad avanzada”, señala Zúñiga, quien preside la Asociación Costarricense de Oncología Médica (Acomed).

La capacidad del médico general o de cabecera resulta vital en estas circunstancias.

Frente a un paciente con factores de riesgo y síntomas sospechosos, el galeno ha de mantener una estricta vigilancia e indicar radiografías de tórax. Si sospecha de cáncer, debe referir al paciente a un especialista... o a un grupo de especialistas.

“Tenemos que trabajar en equipos multidisciplinarios”, afirma Zúñiga. “Los equipos multidisciplinarios ayudan a una evaluación integral”.

Médicos radiólogos, neumólogos, oncólogos y patólogos intervienen a fin de lograr un diagnóstico preciso. 

Mutación genética
Históricamente el cáncer pulmonar ha afectado a hombres más que a mujeres. Se cree que esta diferencia obedece a que el número de fumadores masculinos supera al femenino.

Los hombres, por otro lado, suelen realizar trabajos en los cuales se exponen a sustancias cancerígenas. Entonces, su nivel de riesgo aumenta.

El oncólogo Carlos Zúñiga aclara que entre pacientes no fumadores que desarrollan cáncer de pulmón, se encuentran con frecuencia mujeres que tienen una mutación del gen EGFR. 

(( Terapias dirigidas
No todas son malas noticias.

El tratamiento contra el cáncer de pulmón ha evolucionado hacia terapias personalizadas.

Uno de los avances más importantes, de acuerdo con el oncólogo Carlos Zúñiga, lo representan las terapias blanco o dirigidas.

Este tipo de medicamentos se aplica en pacientes con mutaciones del gen EGFR (que afecta al 20 o 25 por ciento de los pacientes en Centroamérica y el Caribe) y del gen ALK (que afecta a cerca del cinco por ciento y tiene una mayor prevalencia en la población asiática).

“No te puedo decir que no tiene ningún efecto secundario, sí lo tiene, pero menores a un tratamiento con quimioterapia y los pacientes responden muy bien a estas terapias dirigidas”, asevera Zúñiga.

Con las terapias dirigidas se obtienen mejores tasas de respuesta, control local de la enfermedad y retraso en su progresión.

“Esto al final lo que hace es lograr que el paciente tenga una mayor sobrevida con mayor calidad de vida”, concluye el especialista.   

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