La candidiasis (candidosis, moniliasis) es una infección causada por diversas variedades de candida ('hongos'), especialmente candida albicans.
La infección de las membranas mucosas, como ocurre en la boca o la vagina, es frecuente entre los individuos con un sistema inmunológico normal, pero estas afecciones son más frecuentes o persistentes en personas con diabetes o enfermos de sida y en las mujeres embarazadas.
Forman parte del grupo de las enfermedades más frecuentes que afectan al hombre e incluso se puede afirmar que prácticamente todos los hombres a lo largo de su vida la padecerán alguna vez.
Existen tres tipos de micosis humanas: superficiales, intermedias como las candidiasis y profundas. Las habituales en España son las superficiales y las candidiasis.
En este apartado comentaremos las candidiasis mucocutáneas, cuyo agente patógeno es la Cándida albicans.
La mayoría de las especies de Cándida son saprofíticas y pueden formar parte de la flora cutánea con excepción de la Cándida albicans que cuando se encuentra en la piel es agente etiológico de una candidiasis primaria.
Hay múltiples factores predisponentes a la infección candidiásica: unos dependen del huésped y otros de las condiciones ambientales.
Dentro de los primeros están los fisiológicos, los genéticos y los adquiridos. Así los recién nacidos, las mujeres en el periodo premenstrual o embarazadas, los pacientes con síndrome de Down, diabetes, linfoma, leucemia, que toman antibióticos o corticoides o inmunosupresores o tienen enfermedades debilitantes, tienen mayor facilidad para padecer esta dermatosis.
Entre los factores ambientales la humedad, el calor, la maceración crónica, por ejemplo, de las comisuras en los ancianos, las prótesis dentarias mal ajustadas, la fricción entre dos superficies cutáneas favorecen la infestación.
Evalúa tus sintomas
Los síntomas varían dependiendo de la localización. Desde el punto de vista dermatológico interesan las candidiasis mucosas y las cutáneas. Dentro de las primeras y afectando a la mucosa está el muguet. Éste se manifiesta como unas placas cremosas y blanquecinas que confluyen en dorso de la lengua, velo del paladar, mucosa gingival y genital.
Al desprenderse dejan al descubierto una mucosa roja y congestiva. También la infección pude manifestarse como una lengua roja, lisa, brillante y dolorosa o como una afectación de las comisuras bucales en forma de placas triangulares, con escamas y fisuras en el centro o afectando a los labios, principalmente al inferior con escamas adherentes de color grisáceo y erosiones.
La mucosa genito-perianal es otra localización habitual de estas infecciones, representando el 20-30 por ciento de las infecciones vaginales.
Se presenta como un enrojecimiento y edema de los labios menores que se puede extender hacia labios mayores, periné, pliegues inguinales e interglúteo, acompañado de prurito y “quemazón”. La misma afectación puede afectar a genitales externos masculinos.
Dentro de las candidiasis cutáneas vamos a hacer referencia a dos cuadros: las candidiasis de los pliegues o intertrigos candidiásicos y las onicomicosis.
Prevención
Mantener una buena higiene suele evitar episodios de candidiasis. Es importante secar bien los pliegues de la piel una vez se sale de la ducha, así como cepillarse los dientes y utilizar colutorios de flúor oral. El tabaco debe evitarse.
Para evitar las candidiasis en la zona genital se pueden usar preservativos para impedir el contacto. En el caso de las mujeres embarazadas se recomienda además tomar yogures bioactivos para favorecer la acidez de la flora vaginal.
Tipos
Intertrigos candidiásicos
Es la forma clínica más frecuente. Puede afectar a grandes pliegues como son axilas, ingles, pliegue interglúteo, región submamaria, cara lateral de cuello o pequeños pliegues como son espacios interdigitales de manos, pies y región retroauricular.
La piel está enrojecida, ligeramente edematosa y puede que en la superficie haya elementos vesiculo-pústulosos. Es muy típico observar como estas áreas están delimitadas por un fino reborde escamoso, apareciendo lesiones satélites. El paciente refiere prurito intenso y quemazón.
Onicomicosis candidiásica
La onicominicosis candidásica aparece con cierta frecuencia en niños con muguet y en adultos con intertrigo de pequeños pliegues interdigitales. Puede mostrarse como una inflamación dolorosa del reborde periungueal, acompañada de mínima secreción purulenta o bien como un engrosamiento de la lámina ungueal con depresiones puntiformes y surcos trasversales.
Candidiasis en el aparato digestivo
Esofágica: Aparece una inflamación que causa problemas para tragar, ardor y dolor en el tórax.
Gastritis candidiásica: Aparece sobre todo en aquellos pacientes que sufren de úlcera gástrica.
Enteritis candidiásica: Provoca dolor abdominal y heces con más frecuencia que pueden contener hilos de sangre, lo que provoca deshidratación por diarrea. Es difícil de diagnosticar.
Anitis candidiásica: Cursa con picor, escozor e irritación del ano.
Candidiasis en el aparato respiratorio
Se puede producir una laringitis candidiásica, que suele darse a causa de un muguet oral. Las placas del muguet se desplazan hasta el aparato respiratorio, afectando a los bronquios y provocando tos frecuente, fiebre y esputos con sangre.
Candidiasis en el aparato reproductor
Vulvovaginitis candidiásica: Aparece por una alteración del ph vaginal, especialmente en embarazadas. Provoca irritación y picor en la vagina.
Balanitis candidásica: Causa infección en el glande y el prepucio del pene, que da origen a unas pústulas que generan picor.
Diagnóstico
El diagnóstico es fundamentalmente clínico, aunque en ocasiones es necesario apoyarse en un examen directo de las escamas o en un cultivo micológico.
Según la extensión de la infección y el estado general del paciente se decide un tratamiento tópico o sistémico. Así tópicamente se puede emplear cotrimazol al 1 por ciento, miconazol, ketoconazol, sertoconazol, terbinafina o naftilina.
Los tratamientos sistémicos más frecuentemente empleados son itraconazol o fluconazol. El pronóstico es bueno siendo curativo tanto los tratamientos tópicos como sistémicos.
Pero si los factores predisponentes de estas micosis no se corrigen es posible otra nueva infección.