El primer paso es crear un calendario de limpieza. Prioriza las áreas que requieren más atención y más frecuencia de limpieza. Revisa cada habitación y localiza los puntos “problemáticos”.
Planea cómo los limpiarás. En este punto puedes decidir qué cosas tirar. Consigue ayuda. Si no puedes pagar una empleada doméstica, involucra a los miembros de tu familia en las tareas del hogar, especialmente cuando tú también trabajas fuera de casa.
Reúne tu material de limpieza. Antes de comenzar revisa tener a mano todo los implementos que vayas a necesitar, de esta forma no perderás tiempo buscándolos luego.
Usa productos naturales de limpieza para que tu casa no sólo esté limpia, sino que además estarás protegiendo tu salud y la de tu familia de productos dañinos.
Deshazte de las cosas que no te sirvan. A veces acumulamos una pila de revistas viejas en algún rincón de la casa, solo porque planeábamos recortar unas recetas de cocina, aunque al final solo sirven para juntar polvo. Desházte de todo lo que no te sirva.
Entre menos “cachivaches” tengas, más fácil será limpiar y ordenar. Pon “música para limpiar”, es decir música alegre, movida, algo que te ponga en "humor para limpiar", en lugar de lentas canciones de amor que solo te relajarán.
Fuente: Panorama