Si sueñas con una relación a largo plazo, tienes que construirla todos los días. ¡Empieza evitando meter la pata! Los matrimonios eternos, el "hasta que la muerte nos separe" y el típico final feliz donde los protagonistas comen perdices y viven felices por siempre, son cada vez más escasos.
La fugacidad es amiga íntima de la época en la que vivimos, y el amor también se ve atravesado por la lógica del “úsalo y tíralo”.
Si estás en contra de esta dinámica y apuntás a una relación estable tenés que tomar conciencia de qué cosas destruyen a la pareja y cuáles ayudan a fortalecer el vínculo. Tomá nota de estos tips y empezá a practicarlos hoy mismo.
1- Deja de idealizar y cargar al otro con altas expectativas.
Somos personas. Por más enamorada que estés, no tenés que perder de vista el hecho de que el otro también es un ser humano y no un ente divino.
Eso significa que tendrá errores, aciertos, inseguridades y fallas. Según una investigación a cargo del profesor de Psicología James K. McNulty, depositar exigencias muy altas en la pareja y tener demasiadas expectativas sólo provoca conflictos y frustraciones.
2- No esperes a que el deseo aparezca por arte de magia, incentivarlo.
Pasados los primeros meses, la pasión desenfrenada comienza a entrar en declive. No por eso tienes que tirar la chancleta y entregarte a una relación fría y distante.
Si el deseo y las ganas de tener sexo no vienen por sí solas, dales un empujoncito: planifica una cena especial, motiva las fantasías y genera momentos de intimidad con tu pareja.
3- Esperar que el otro cambie sin abrir el diálogo.
“Demandarle a nuestra pareja de forma directa, e incluso reprocharle abierta y hostilmente sobre algo que queremos que cambie, no tiene por qué ser negativo, ya que puede favorecer la motivación del otro para arreglar las cosas”, dice James K. MacNulty.
El problema está en no decirlo y quedarse esperando de brazos cruzados.
El amor no genera telepatía: si algo te molesta o necesitás que la otra persona modifique sus actitudes, plantéaselo. La clave está en la comunicación fluida y sincera.
4- Evitar las peleas.
Siempre es más conveniente una discusión en el momento indicado que acumular resentimientos, angustia y bronca a lo largo del tiempo. El silencio no es salud: si estás enojada o te sentís mal con determinada situación hablalo sin miedo al conflicto.
Lo mejor es charlar de manera clara y evitar las indirectas: “A la hora de resolver conflictos, este tipo de reproches es el más destructivo”, asegura McNulty.
5- Impedir la intimidad y libertad individual.
Estar en pareja no significa dejar de tener espacio propios. Tampoco que exijas mensajes de texto a cada hora o que controles el horario de llegada y de salida.
Anímate a construir una relación basada en la confianza, el amor y el respeto. Los celos no son parte natural de una relación de pareja, sino que se trata de una patología enfermiza que destruye y asfixia.
Fuente: Rumbos Digital