La hepatitis C es una enfermedad ocasionada por un virus que afecta el hígado, produciendo inflamación en este órgano.
Un paciente infectado puede contagiar a otro si se dan determinadas condiciones, por este motivo resulta importante tener claras las medidas básicas de prevención y cuáles son los grupos con mayor riesgo de contraer esta enfermedad.
La hepatitis C es una condición que debe ser tratada apenas es detectada, de lo contrario se corre el riesgo de que la inflamación del hígado conduzca a condiciones mucho más graves e irreversibles, como la cirrosis hepática o el cáncer de hígado.
Esta enfermedad infecciosa es contagiosa, pudiéndose transmitir mediante el intercambio de fluidos durante el sexo, por el uso de jeringas infectadas, a través de una transfusión de sangre infectada o durante la gestación, cuando la madre del bebé cuenta con esta condición.
Existen grupos de riesgo especialmente propensos a sufrir de hepatitis C de no tomar las medidas preventivas, por ejemplo:
Quienes practican sexo sin protección, especialmente aquellas personas promiscuas con gran variedad de parejas íntimas.
Las personas que utilizan drogas por vía parental y comparten jeringas con otros.
Quienes han recibido transfusiones de sangre en el pasado, especialmente si ha sido de forma frecuente.
El personal sanitario que trabaja de manera cercana con pacientes que cuentan con este virus.
Teniendo en cuenta las formas de contagio y los grupos más propensos, algunas medidas útiles para prevenir la hepatitis C son:
Utilizar preservativo durante las relaciones sexuales, especialmente si se trata de encuentros sexuales casuales o si se cuenta con múltiples compañeros(as) sexuales.
No compartir jeringas ni ningún otro tipo de material que pueda estar en contacto con la sangre, por ejemplo las agujas para tatuar.
Evitar compartir artículos de higiene personal que pudieran contener restos de sangre, por ejemplo los cepillos de dientes o las cuchillas.
El personal sanitario deberá usar siempre guantes y la protección adecuada siempre que manipule la sangre o residuos de algún paciente.