te gusta tomar vino durante el almuerzo o la cena debes saber que cepillarte los dientes luego de consumirlo podría ser una mala idea.
Y es que la acidez del vino daña el esmalte, que necesita tiempo para recuperarse.
De no ser así, el ácido que contiene la bebida asociado con el cepillado podría agredir aún más los dientes. Además, los vinos blancos son más dañinos que los tintos.
Esto es lo que desveló un estudio llevado a cabo por investigadores del Centro Médico de la Universidad Johannes Gutenberg, en Mainz (Alemania). Los resultados demostraron que los vinos blancos tienen un potencial erosivo mayor que los tintos y su consumo frecuente podría ocasionar una erosión dental grave.
El queso, tu gran aliado
Si tienes la costumbre de acostarte luego después de cenar y no puedes esperar algunas horas para cepillarte los dientes, hay una manera de reducir los efectos de la peligrosa combinación vino y cepillado: comer queso.
Y es que el queso contiene mucho calcio, por lo que cuando se combina con la saliva neutraliza los efectos negativos del vino, ya sea blanco o tinto.
Fuente: Terra