Venezolanos acuden a costosas medicinas del extranjero para cumplir sus tratamientos

“Las medicinas que necesita se consiguen aquí en Argentina. Tengo que ver cómo se las envío”, publicó en su muro de facebook Luisana Martínez, en respuesta a una marabina necesitada de los antibióticos Unasyn, Meropenen, Flegyl y Fluconazol para un hermano con neumonía con derrame pleural.

Tras recorrer estantes vacíos e introducirse en grupos de búsqueda “on-line” y no encontrar nada, adquirir y traer medicamentos desde el exterior por los propios pacientes es una realidad que se vive en Venezuela, un país donde, de acuerdo con el Servicio de Elaboraciones Farmacéuticas (Sefar) —el mayor productor de medicinas estatales— no se ha podido cubrir con la cuota de fabricación y, de 20 millones de fármacos requeridos, sólo se alcanzó a fabricar 714 mil unidades (3,57%).

Freddy Ceballos, presidente de la Federación Farmacéutica de Venezuela (Fefarven), explica que dejar de tomar un medicamento puede hacer la diferencia entre la estabilidad y la muerte, por lo que traerlos de afuera es una medida extrema, pero en alza, a pesar de los altos costos y logística.

“No es una opción que alentemos porque no está al alcance de todos ni resuelve de raíz el gran problema de abastecimiento, pero sabemos que hay gente que recurre cada vez más a eso porque no le queda otra. Se requieren precauciones para que esos fármacos sean lícitos y lleguen en buen estado”, expuso Ceballos.

“Mi padre toma Losartán (antihipertensivo). He recurrido a amigos colombianos quienes, cuando viajan, me traen. Tengo que dar algo. Gastan muchísimo dinero: alrededor de 30 mil bolívares de ida y lo mismo de vuelta pues, con el cierre de la frontera colombo-venezolana, deben irse por ‘trochas’. Hay como 10 o 15 alcabalas ilegales y si los militares venezolanos los captan, les quitan las medicinas”, relata, con angustia, el marabino Segundo Vílchez.

El Gobierno del presidente Nicolás Maduro, el 19 de agosto del año pasado, anunció que el país iba a restringir el paso hacia Venezuela por el estado Táchira para frenar el contrabando ilegal de alimentos, productos de primera necesidad, gasolina y evitar flagelos como la violencia paramilitar. La medida luego se extendió a otros estados limítrofes como Apure y Zulia.

Según José Vielma Mora, gobernador de Táchira, ya es hora de reabrir la frontera, indicando logros de la restricción del paso binacional.

Inicialmente, la medida ocasionó fuertes roces entre ambos países y, ahora, tras 11 meses de cierre, son las autoridades colombianas las que han manifestado temor a la reapertura. Ricardo Alvarado Bestene, gobernador de Arauca (departamento de Colombia), advirtió sobre la crisis que se podría presentar en su jurisdicción.

“A pesar de la restricción, diariamente pasan entre 10 y 15 personas desde Venezuela, quienes, en su mayoría, vienen por atención médica. Si se llega a presentar lo que se está previendo, puede colapsar la capacidad de respuesta del departamento”, expuso.

El traslado de medicamentos desde Colombia ha dado también pie al contrabando. En el casco central de Maracaibo, se pueden ver en puestos ambulantes las medicinas que no se encuentran en las farmacias. ¿Cuál es el problema?

El presidente de Fefarven indicó que los vendedores de maletín traen medicamentos sin garantías.

“Esto se presta a la falsificación y hay fábricas especializadas en ello. Es una situación muy grave, ya que las cajas de los fármacos falsos están bien hechas y es difícil diferenciarlas de las originales”, expuso.

No obstante, incluso, teniendo la medicina hasta algunas farmacias venezolanas juegan al bachaqueo: “Necesitaba Amoxicilina (antibiótico) para el tratamiento de mi hija. Fui a una farmacia en el centro de Maracaibo, y el que atendía me dijo que tenía la medicina en 67 bolívares, pero que podía venderme únicamente un frasco y solo si compraba tres productos más, que sumarían Bs. 3.000. Dijo que ésta era la Venezuela actual y que si quería comprar sin problemas tomara un carro a Maicao (frontera con Colombia)”, relata con impotencia Omaira Bracho, de 36 años.

Tanto para traslados nacionales como internacionales, Freddy Ceballos señala que hay que estar muy bien informado sobre las condiciones que necesita el fármaco para ser transportado, y sobre todo, que su procedencia sea 100% legal.

“Hay que tener presente que algunos medicamentos requieren una cadena de frío para conservar sus propiedades, lo cual complica el traslado a título personal”, expuso el presidente de Fefarven.

Recomienda no comprar medicamentos a personas que dicen que los traen de afuera como negocio, porque en esas circunstancias se desconoce el origen.

“Enviarlos por correo entre un país y otro también puede exponerlos a condiciones inusuales, por lo cual es aconsejable un traslado de primera mano”, añadió Ceballos.

La situación es dura, pues, aunque la Constitución Nacional reza que la salud es un derecho y obligación del Estado, que debe promover y desarrollar políticas para elevar calidad, bienestar colectivo y acceso a servicios; dueños de farmacias como José Gregorio Suárez se quejan: “Nunca nos envían 100% de lo que solicitamos”, y médicos como el psiquiatra Nerio Soto se sienten frustrados: “Nos angustia no saber ya qué recetar. Somos seres humanos que sufrimos. La frustración, la rabia y la impotencia son incalculables”.

El presidente de la Federación Médica Venezolana, Douglas León Natera, alerta que la ausencia de medicinas en los hospitales es de 100% y que en farmacias y supermercados raya el 90%.

“No hay cómo tratar a pacientes oncológicos, diabéticos, prostáticos, niñitos con fiebres o pacientes con enfermedades infectocontagiosas”, expuso Natera, quien, incluso, se reunió con el Papa Francisco para pedir su intervención en la situación venezolana.

Entre tanto, la Asamblea Nacional, sancionó, el 3 de mayo, la Ley Especial para Atender la Crisis Nacional de Salud que buscaba la ayuda humanitaria internacional; pero, el 9 de junio, el Tribunal Supremo de Justicia la declaró inconstitucional, basándose en que usurpaba competencias atribuidas al Ejecutivo Nacional en materia de estados de excepción, así como en lo que atañe a la dirección de relaciones interiores.

Recientemente, la ministra de Salud, Luisana Melo, aseguró que las fallas en medicamentos se ubican en 15% y negó el 85% de desabastecimiento en el país denunciado por Fefarven.

“Tenemos fallas puntuales, pero no una general”, apuntó Melo, quien resaltó que no hay crisis humanitaria en cuanto a salud se refiere.

Agregó que a todos los pacientes con VIH se les están suministrando los recursos necesarios y que, de los 23 productos que requieren, solo uno no se encuentra, sin embargo, aseveró que está próximo a llegar.

En contraparte, ONGs como StopVIH, a través de su presidente, Jhonatan Rodríguez, aseguran: “Basta con ir a las farmacias y darse cuenta de que gran cantidad de los fármacos no están. Sí hay escasez de antirretrovirales. Ojalá pronto se resuelvan los problemas y volvamos a la normalidad”.

Mientras la situación se normaliza —a través de aviones, “trochas”, correos y cadenas farmacéuticas que ofrecen traslado de medicamentos desde otras naciones y cobrados en dólares— siguen llegando al país, fármacos importados por los propios pacientes provenientes de Argentina, Panamá, Colombia, República Dominicana y EE UU, entre otros.

Fuente: Panorama

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