¿Qué trastorno te guía a la ceguera legal?

Redacción Internacional.- El doctor José María Ruiz Moreno, presidente de la Sociedad Española de Retina y Vítreo, director médico de la Corporación Oftalmológica Vissum, estrena con el análisis divulgativo de esta patología ocular una serie artículos periodísticos en formato vídeoblog cuyo principal objetivo es la salud de nuestro sistema visual y la prevención de enfermedades que afectan a su vitalidad.

Desprendimiento de retina, retinopatía diabética, miopía, hipermetropía, astigmatismo, presbicia, implante de córnea, tratamiento de queratocono, cirugía reparadora de párpados, órbitas y lagrimales, oftalmología pediátrica, glaucoma o cataratas serán algunos de los temas que trataremos en los próximos meses.

Para leer el periódico en la tableta, ver la televisión, conducir, jugar al ajedrez o simplemente coger un analgésico del botiquín de nuestra casa sin confundirnos de medicamento, necesitamos que los ojos centren su atención en el objeto deseado. La DMAE lo impide por completo. Según la OMS, es la causa del 50% de las cegueras en países industrializados.

“La Degeneración Macular Asociada a la Edad se origina por el deterioro de la mácula o parte central de la retina -tejido sensible a la luz que recubre la zona posterior del ojo- donde se concentra la mayor nitidez de la visión humana; razón por la que este daño condiciona la actividad rutinaria de muchísimas personas mayores”, dice el oftalmólogo.

La pérdida de la visión comienza a partir del deterioro de los vasos sanguíneos que irrigan la mácula.

Cuando las venas oculares se vuelven delgadas y frágiles, se denomina DMAE seca o atrófica. Representa el 85% de los casos y su evolución es a largo plazo. Si crecen nuevos vasos que dejan escapar sangre y líquido se llama DMAE húmeda o exudativa. Su evolución se produce en días o semanas y es una amenaza directa a la visión central de nuestros ojos.

Esta patología, que no afecta a los menores ni a los adultos jóvenes, da la cara hacia los50, pero aumenta bastante su prevalencia hacia los 65 con tasas que llegan al 5,4% de la población. A partir de los 80 los afectados por DMAE son muy numerosos, del 12% hasta el 30,8%. Estas personas llegan a ser ciegos legales con una agudeza visual inferior a 1/10.

Además de la edad, existen tres factores de riesgo para contraer DMAE, dos íntimamente relacionados con los hábitos de vida poco saludables y otro factor que de momento no se puede evitar, la genética familiar.

“Si nuestros padres o nuestros tíos sanguíneos padecen Degeneración Macular Asociada a la Edad, seremos firmes candidatos a padecer DMAE, con lo cual debemos cuidar mucho más nuestro cuerpo y nuestro sistema ocular”, señala.

Si el paciente fuma “la degeneración será más agresiva, más rápida en su evolución y responderá peor ante un tratamiento, con lo que tendrá un pésimo pronóstico”, asegura.

Los fumadores tienen un riesgo relativo 2,4 veces mayor que los no fumadores; y si son portadores de la carga genética, el riesgo aumenta hasta 34 veces.

Para el doctor Ruiz Moreno esta enfermedad “es un motivo más para dejar de fumar“, hábito que se oculta, al menos, detrás de otras 25 patologías graves.

La hipertensión arterial, otra diana más del tabaco, también propicia DMAE sin la intervención de la herencia genética, debido a la ingesta excesiva de sal, alcohol y grasas saturadas.

“No solo provoca ictus cerebrales o infartos cardíacos, sino que afecta, y mucho, a los ojos. Si somos hipertensos la Degeneración Macular tendrá un peor pronóstico, por lo que debemos prestar especial atención a nuestra alimentación, que deberá estar basada en la dieta mediterránea”, aconseja.

¿Qué síntomas te harán sospechar de que la zona de la mácula de tu retina está en plena decadencia?

“El más claro es la distorsión de la imagen que se forma en el cerebro.Las líneas rectas se ven torcidas, un síntoma muy fácil de apreciar cuando el paciente observa una puerta, una ventana o el mosaico de los baldosines de una calle”, explica.

“Luego se manifiesta con una pérdida de la nitidez -apunta-. El paciente ve una mancha negra en el centro de su campo visual de tal forma que le resulta casi imposible percibir aquello en lo que centra su atención. Es el típico caso en el que si fuéramos a tirar del pomo de una puerta seríamos incapaces de acertar a cogerlo a simple vista”. Entraría en juego el tacto.

“El oftalmólogo hará un diagnóstico muy preciso con dos pruebas básicas, la tomografía de coherencia óptica (TCO), que define el perfil de la retina, concretamente de la mácula, y laangiografía fluoresceínica, una técnica con la que se estudia la circulación sanguínea en el interior del globo ocular, la coroides y la retina”, detalla el doctor Ruiz Moreno.

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